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Lula no es considerado prófugo, pese a no haberse entregado a la justicia

Lula, de 72 años, fue condenado a doce años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, como propietario de un apartamento ofrecido por una constructora para obtener contratos en Petrobras.

2018-04-06

Por AFP

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva no es un prófugo por la justicia, pese a no haberse entregado dentro del plazo fijado por el juez Sergio Moro, porque las autoridades saben donde está y no han intentado arrestarlo, explicó la asesoría de comunicación del magistrado.

'Lula no incumplió una orden judicial. Le fue dada la oportunidad para que se presente ante la justicia sin necesidad de que tenga que intervenir la policía. Pero todo el mundo sabe donde está, no está escondido ni prófugo', dijo la asesora a la AFP.

'Solo puede ser considerado con pedido de búsqueda o prófugo si la policía lo busca y no consigue localizarlo', añadió.

Más de una hora después de la hora señalada, el expresidente saludaba a miles de manifestantes congregados frente al Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campos (afueras de Sao Paulo), donde permanece desde la noche del jueves, cuando fue emitida la orden de arresto.

El documento precisaba que podía presentarse 'voluntariamente a la Policía Federal en Curitiba hasta las 17H00 (20H00 GMT)' del viernes.

Entre versiones de negociación entre los abogados de Lula y las autoridades para una posible entrega, el diputado Ze Geraldo del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), de Lula, dijo a la AFP que el líder de 72 años pasará la noche en el sindicato en el que inició su ascenso político hasta la presidencia (2003-2010).

'Ya está definido: Lula no va a Curitiba (sur). Vamos a pasar la noche aquí. Esa decisión ya fue tomada (...), después se negociará cómo sigue', señaló desde el interior del edificio.

Supporters of former Brazilian president Luiz Inacio Lula da Silva gather at September Seven square (Praca Sete), in Belo Horizonte, Brazil after Lula ignored a deadline to surrender and start a 12-year prison sentence for corruption on April 6, 2018. Holed up with thousands of cheering supporters in the metalworkers' union building in his hometown of Sao Bernardo do Campo, near Sao Paulo, the 72-year-old let the 5:00 pm (2000 GMT) deadline pass without public comment. / AFP PHOTO / DOUGLAS MAGNO

'Resistir hasta el fin'

Frente a la sede sindical de Sao Bernardo, la determinación dominaba.

'Estaremos aquí el tiempo que haga falta. Hay gente decidida a todo', dijo Luciano Oliveira, de 24 años. 'El presidente no debe entregarse, porque uno se entrega cuando hizo algo errado y él no es culpable'.

'Estamos aquí para resistir hasta el fin. Lula no será encarcelado y volverá a ser presidente para ayudar al pueblo', afirmó Renata Swiecik, una cajera desempleada de 31 años y madre de cuatro hijos.

'Si querían a Lula en Curitiba, espérenlo sentados, porque Lula no se entregará', arengó por su lado a la multitud el dirigente del PT Paulo Pimenta.

Lula, de 72 años, fue condenado a doce años y un mes de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero, como propietario de un apartamento ofrecido por una constructora para obtener contratos en Petrobras.

El expresidente ya estuvo 31 días detenido en 1980, cuando dirigía las grandes huelgas obreras contra la dictadura militar (1964-1985).

Otros manifestantes se mostraban más prudentes.

'Lula tendrá que resistir, pero en algún momento tendrá que entregarse. Los militantes aceptaremos cualquier decisión que él tome', afirmó Michelle Baza, una farmacéutica de 37 años, militante del PT.

¿Candidato entre rejas?

Paradójicamente, la ley brasileña permitiría que Lula hiciera precampaña desde la cárcel, ya que su postulación solo podría ser invalidada en agosto por la justicia electoral, que impide participar en comicios a personas condenadas en segunda instancia, como es su caso desde enero.

El PT podría verse forzado a cambiar de candidato a último momento.

En ese caso, quedaría por ver cuál es su capacidad de transferir votos a otros candidatos de izquierda, para unas elecciones que se anuncian como las más inciertas desde la restauración de la democracia en 1985.

Movilizaciones

El Partido de los Trabajadores (PT), del exmandatario, convocó a una 'movilización general' contra la detención de su líder.

El Movimiento de Trabajadores rurales Sin Tierra (MST) inició una campaña de cortes de carreteras, para expresar su 'indignación contra la inminente detención del compañero Lula'. Según reportes de la estatal Agencia Brasil, al menos ocho de los 27 estados brasileños registraron piquetes viales, la mayoría en el noreste -baluarte electoral de Lula- pero también en Rio de Janeiro y Rio Grande do Sul.

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