Por estrategiaynegocios.net
La sociedad civil de Nicaragua empuja la idea de activar una "mesa de salvación nacional", en la que participen distintos sectores del país, y que tenga sus primeras misiones la convocatoria de elecciones adelantadas.
"Pretendemos que se permita instaurar un gobierno provisional con el mero objetivo de llevar un proceso de elecciones anticipadas en todos los niveles: presidente, diputado, de alcaldes y consejo regional de las nuevas autoridades, con el fin de iniciar la reconstrucción del estado de derecho y las instituciones de este país", explicó Luciano García, director ejecutivo del organismo Hagamos Democracia, uno de los impulsores de la idea.
El país vive ya una semana desde que iniciaron las protestas de la ciudadanía contra las reformas a la seguridad social, luego de intensas protestas que fueron reprimidas por antimotines y que según cifras de organismos de Derechos Humanos han dejado un saldo de 34 muertos y un número no determinado de heridos.
Las manifestaciones continúan pero ahora demandan la salida del poder de Ortega, luego que el mandatario, presionado por las críticas, decidió retirar la reforma que aumentaba la cuota de los cotizantes y empresarios al Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS), además de imponer un "aporte" de 5% a los jubilados entre otras medidas movilizaron a la población.
Gabriel álvarez, presidente del Movimiento por Nicaragua, la situación actual de la nación se deriva del desmantelamiento institucional realizado por Ortega.
"él (Ortega) es un factor real de poder, y tan importante, que es el causante de este derramamiento de sangre", dijo álvarez.
La escritora Gioconda Belli afirmó este miércoles que la única solución a la crisis es que el presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo renuncien al poder.
Belli, quien fue allegada a la primera dama, consideró que la desconfianza popular hacia Ortega y Murillo 'es insuperable', por lo cual su renuncia es 'la única salida decente y digna que les queda'.
'El pueblo, presidente, les pide que renuncien. Sin que muera nadie más, sin obligar a los nicaragüenses a volver a las calles, deben renunciar. Fracasaron, se sobrepasaron. Humildemente acéptenlo y renuncien', escribió Belli en un artículo para la publicación digital El Confidencial.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) aceptó el martes ser 'mediador y testigo' en un diálogo convocado por Ortega el sábado, pero exigió condiciones de cesar toda violencia, liberar detenidos y eliminar el bloqueo a medios de comunicación.
'¿Qué diálogo puede haber con ellos (Ortega y Murillo) cuando no creemos en su disposición de acatar verdaderamente la voluntad del pueblo? ¿Quién será el garante de que se cumplirá lo que se acuerde cuando hemos visto a Daniel Ortega ignorar los acuerdos y compromisos que firmó para llegar al poder?', cuestionó Belli.
Según Gabriel álvarez, del Movimiento por Nicaragua, del presidente Daniel Ortega depende que Nicaragua resuelva la crisis de la mejor manera posible.
Para ambos entrevistados, la "mesa de salvación nacional" tendría la tarea de ver cómo se va a integrar el nuevo Consejo Supremo Electoral, que haría las elecciones adelantadas y gestionar la observación.
El lunes el escritor nicaragüense Sergio Ramírez dedicó el Premio Cervantes, que le fue concedido en España, a la memoria de los manifestantes 'asesinados'.
Con un lazo negro en la solapa de la chaqueta por los sucesos en su país, honró 'a los miles de jóvenes que siguen luchando sin más armas que sus ideales por que Nicaragua vuelva a ser República'.
Yo aspiro a la paz, que cese esta represión absolutamente absurda contra la población civil, sobre todo contra los jóvenes', había indicado Ramírez, crítico de Ortega, a la televisión pública española TVE justo antes de iniciarse el acto en el que el rey Felipe VI le entregó el Premio Cervantes, el primero recibido por un centroamericano.
Miembro de un grupo de intelectuales y líderes civiles contra la dictadura de Anastasio Somoza, fue vicepresidente de Daniel Ortega durante la Revolución Sandinista, entre 1985 y 1990.
Pronto se distanció de Ortega y actualmente es una de las voces mas críticas del presidente nicaragüense, aun cuando abandonó la acción política en 1995 tras postularse sin éxito a las presidenciales en su país.
Con información de La Prensa y AFP.
La sociedad civil de Nicaragua empuja la idea de activar una "mesa de salvación nacional", en la que participen distintos sectores del país, y que tenga sus primeras misiones la convocatoria de elecciones adelantadas.
"Pretendemos que se permita instaurar un gobierno provisional con el mero objetivo de llevar un proceso de elecciones anticipadas en todos los niveles: presidente, diputado, de alcaldes y consejo regional de las nuevas autoridades, con el fin de iniciar la reconstrucción del estado de derecho y las instituciones de este país", explicó Luciano García, director ejecutivo del organismo Hagamos Democracia, uno de los impulsores de la idea.
El país vive ya una semana desde que iniciaron las protestas de la ciudadanía contra las reformas a la seguridad social, luego de intensas protestas que fueron reprimidas por antimotines y que según cifras de organismos de Derechos Humanos han dejado un saldo de 34 muertos y un número no determinado de heridos.
Las manifestaciones continúan pero ahora demandan la salida del poder de Ortega, luego que el mandatario, presionado por las críticas, decidió retirar la reforma que aumentaba la cuota de los cotizantes y empresarios al Instituto Nicaragüense del Seguro Social (INSS), además de imponer un "aporte" de 5% a los jubilados entre otras medidas movilizaron a la población.
Gabriel álvarez, presidente del Movimiento por Nicaragua, la situación actual de la nación se deriva del desmantelamiento institucional realizado por Ortega.
"él (Ortega) es un factor real de poder, y tan importante, que es el causante de este derramamiento de sangre", dijo álvarez.
La escritora Gioconda Belli afirmó este miércoles que la única solución a la crisis es que el presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo renuncien al poder.
Belli, quien fue allegada a la primera dama, consideró que la desconfianza popular hacia Ortega y Murillo 'es insuperable', por lo cual su renuncia es 'la única salida decente y digna que les queda'.
'El pueblo, presidente, les pide que renuncien. Sin que muera nadie más, sin obligar a los nicaragüenses a volver a las calles, deben renunciar. Fracasaron, se sobrepasaron. Humildemente acéptenlo y renuncien', escribió Belli en un artículo para la publicación digital El Confidencial.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) aceptó el martes ser 'mediador y testigo' en un diálogo convocado por Ortega el sábado, pero exigió condiciones de cesar toda violencia, liberar detenidos y eliminar el bloqueo a medios de comunicación.
'¿Qué diálogo puede haber con ellos (Ortega y Murillo) cuando no creemos en su disposición de acatar verdaderamente la voluntad del pueblo? ¿Quién será el garante de que se cumplirá lo que se acuerde cuando hemos visto a Daniel Ortega ignorar los acuerdos y compromisos que firmó para llegar al poder?', cuestionó Belli.
Según Gabriel álvarez, del Movimiento por Nicaragua, del presidente Daniel Ortega depende que Nicaragua resuelva la crisis de la mejor manera posible.
Para ambos entrevistados, la "mesa de salvación nacional" tendría la tarea de ver cómo se va a integrar el nuevo Consejo Supremo Electoral, que haría las elecciones adelantadas y gestionar la observación.
El lunes el escritor nicaragüense Sergio Ramírez dedicó el Premio Cervantes, que le fue concedido en España, a la memoria de los manifestantes 'asesinados'.
Con un lazo negro en la solapa de la chaqueta por los sucesos en su país, honró 'a los miles de jóvenes que siguen luchando sin más armas que sus ideales por que Nicaragua vuelva a ser República'.
Yo aspiro a la paz, que cese esta represión absolutamente absurda contra la población civil, sobre todo contra los jóvenes', había indicado Ramírez, crítico de Ortega, a la televisión pública española TVE justo antes de iniciarse el acto en el que el rey Felipe VI le entregó el Premio Cervantes, el primero recibido por un centroamericano.
Miembro de un grupo de intelectuales y líderes civiles contra la dictadura de Anastasio Somoza, fue vicepresidente de Daniel Ortega durante la Revolución Sandinista, entre 1985 y 1990.
Pronto se distanció de Ortega y actualmente es una de las voces mas críticas del presidente nicaragüense, aun cuando abandonó la acción política en 1995 tras postularse sin éxito a las presidenciales en su país.
Con información de La Prensa y AFP.