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Nicaragua: reforma militar promovería caudillismo en el Ejército

El respaldo del Ejército de Nicaragua a las reformas al Código Militar, expresado por el general Julio César Avilés, causó preocupación en distintos sectores que advirtieron la peligrosa deriva hacia la politización de las fuerzas armadas y al caudillismo militar.

2014-03-24

Una de los principales cambios de la propuesta de Ortega es que se permitiría la reelección del comandante en jefe del Ejército.

Por: Confidencial

El respaldo del Ejército de Nicaragua a las reformas al Código Militar, expresado por el general Julio César Avilés, causó preocupación en distintos sectores que advirtieron la peligrosa deriva hacia la politización de las fuerzas armadas y al caudillismo militar.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, envió desde principios de noviembre un paquete de reformas a la Constitución y otras modificaciones al Código Militar vigente desde 1994, donde además de dar mayor protagonismo a los militares en el control de las comunicaciones, elimina la línea de la prohibición de la reelección del comandante en jefe del Ejército.

El General Avilés, además de ofrecer su respaldo a la iniciativa de Ortega, se refirió a la posibilidad de la continuación en el cargo. 'Soy un soldado de la patria y estaré en el lugar que la patria me necesite', dijo Avilés al concluir un homenaje al soldado desconocido en Managua, tras el cual rechazó irritado que los compararan con la Guardia Nacional, lo que calificó como vergonzoso y provocó que luego pidiera 'mayor madurez' a los nicaragüenses para abordar 'temas sagrados' como la defensa nacional.

El peligro del caudillismo militar

Al exdiputado y periodista Danilo Aguirre Solís le preocupan estas declaraciones, tomando en cuenta que el Ejército está regido por el artículo 95 de la Constitución que ordena la obediencia a la Constitución y las leyes.

'No se puede ser soldado disciplinado de ningún partido político, los proyectos a los que se refirió vienen del Ejecutivo y este responde a intereses políticos y partidarios', refutó Aguirre Solís, que además recordó la historia del Código Militar que se pretende modificar.

Eran aquellos años de difícil situación para el país con el general Humberto Ortega en la jefatura militar, de acuerdo con el exlegislador. 'Una de las bases de esa conciliación era la renovación periódica de los jefes del Ejército. Las intenciones del Ejecutivo son evidentes, para la ciudadanía son sumamente preocupantes, porque esto podría establecer liderazgos caudillezcos en el Ejército. Podríamos de repente tener un Jefe que dure 20 años', dijo Aguirre Solís.

El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) evitó pronunciarse sobre la posibilidad de la reelección de Avilés, en el cargo desde septiembre de 2010, pero rechazó la participación de oficiales activos como ministros o magistrados tal como propone el Ejecutivo de Daniel Ortega.

'No es correcto que me quite el sombrero de militar, donde tengo el compromiso ante la patria de ser apolítico, apartidario, y ponerme el sombrero del partido que me está poniendo, mientras me dan permiso', dijo José Adán Aguerri, presidente del Cosep. Aguerri coincidió con la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) en que la propuesta presidencial puede afectar la apoliticidad de la institución militar.

La participación de militares activos en cargos civiles también está planteada en la reforma a la Constitución, en la que fueron consultadas la comandancia del Ejército. Entonces, el general de brigada Leonel Gutiérrez, a nombre de Avilés, ofreció su total respaldo a la propuesta presidencial.

El irrespeto a la Constitución

El jurista Carlos Tünnermann consideró que el Ejército violó los principios constitucionales al comparecer ante la Asamblea Nacional para respaldar la propuesta de reforma a la carta magna.

'Se trata de cambiar el modelo político del país por otro modelo, ya expresar su opinión fue un desacato. Ellos debieron excusarse citando el artículo 95 que dice que no son deliberantes. Esta reforma fortalece la posibilidad de la reelección presidencial, fortalece el poder del Presidente', precisó Tünnermann.

El analista comparó la posible reelección de Avilés con el caso de la primera comisionada Aminta Granera, jefa nacional de la Policía Nacional, quien continuó en su cargo sin ninguna reforma a la ley 228, amparada en un decreto de Ortega.

'La reelección de Aminta Granera no reformaron la ley de la Policía, probablemente lo hará en el futuro, de manera que en este momento está actualmente ejerciendo de facto. Para mí las declaraciones de Avilés son insólitas porque esto viene a derruir, a aniquilar lo que se venía ganando en institucionalidad y profesionalismo del Ejército', declaró Tünnermann

Al respaldar las propuestas del Ejecutivo, según Tünnermann, la institución armada ya tomó una posición partidaria, lo que Ortega buscó desde que les recordó sus orígenes revolucionarios a los militares cuando asumió el poder en enero de 2007, pero además existe el problema del relevo militar al crearse 'un tapón' con la continuidad de Avilés.

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