Por revistaeyn.com
"Una bolsa de papitas tiene menos papitas, pero nos siguen cobrando lo mismo", dijo en un evento el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, criticando a las empresas por la "shrinkflation" también conocido como "reduflación", un fenómeno identificado desde principios de este año.
Reducir el tamaño de los productos de consumo sin cambiar su precio es una práctica que se conoce como "shrinkflation" (de la palabra "shrink" en inglés, que significa reducir) y está estrechamente relacionada con la "skimpflation" (de "skimp" en inglés, que significa escatimar), una práctica por la que las empresas reducen la calidad de su producto o servicio manteniendo el mismo precio.
Ejemplos de "skimpflation" se encuentran en las marcas de consumo que reducen la cantidad de pollo en sus productos de enchiladas de pollo o que reducen el contenido de carne de cerdo en las salchichas y eligen ingredientes más baratos en su lugar.
Grandes productores y marcas de todo el mundo han adoptado esta estrategia. Y aunque puede ser buena para el balance final de la empresa, puede provocar la insatisfacción del cliente y erosionar la confianza.
Ambas son formas de inflación oculta en un momento en el que la inflación real ha sido alta según los estándares históricos.
Una de las razones por las que la tasa de inflación es tan importante es porque incide directamente en la crisis del costo de la vida, en la que los consumidores de todo el mundo han notado que los precios subían más deprisa de lo habitual.
Hay indicios de que la inflación ha tocado techo y, según Kristalina Georgieva, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), parece que la tendencia positiva continuará en 2024.
"La tasa de inflación está bajando, por término medio", declaró al Foro Económico Mundial en una entrevista durante la reunión anual celebrada en Davos (Suiza) en enero.