Por estrategiaynegocios.net
Las innovaciones digitales en los métodos de pago como el efectivo, tarjetas, transferencias bancarias, billeteras electrónicas y criptomonedas ampliaron las opciones disponibles de los usuarios para realizar una compra. Sin embargo, también ha surgido el reto de asegurarse que el dinero sea depositado a la cuenta corriente de las empresas.
Los métodos de pagos digitales han sido objeto de fraudes como el caso de los contracargos ( derecho a controversia que tienen los clientes cuando realizan compras con tarjeta y se presentó algún inconveniente con la compra o un error en el procesamiento de la transacción), mediante los cuales los usuarios pueden reportar a su banco un cobro que no reconoce (a pesar de que sí hayan efectuado la compra) y el banco emisor del tarjetahabiente solicita la devolución del dinero al banco del negocio.
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Durante el primer trimestre de 2022, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) de México reportó contracargos por un valor de 676 millones de pesos (unos US$33,5 millones).
Ariel Gahona, cofundador y CEO de iTAMapp, opina que las acciones como los contracargos, muchas veces injustificados, son prácticas usuales que representan grandes pérdidas para los negocios pues aunque el bien o servicio haya sido entregado al cliente, esta transacción no se ve reflejada en la cuenta corriente de las empresas.
Ante esto, surgen plataformas como iTAMapp que se encargan de automatizar el proceso de conciliación de pago para asegurarse que cada transacción llegue íntegra a manos de la empresa.
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Ahora, negocios tradicionales o digitales que utilicen métodos de pago electrónicos, pueden recurrir a la tecnología disponible para, en una sola plataforma, consolidar todas las fuentes de pago y hacer las conciliaciones correspondientes, siendo este un paso importante para evitar las fugas de dinero que perjudican su economía.
