Por E&N Brand Lab para Inversiones Bolívar
¿Qué significa realmente desarrollar inmuebles? ¿Se trata de levantar paredes, o de buscar el verdadero propósito en lo que sucede entre ellas? Si bien la calidad de los inmuebles siempre ha sido, y sigue siendo, un enfoque primordial y diferenciador, Diego de Sola, Presidente de la Junta Directiva de Inversiones Bolívar -y el equipo entero de la compañía- reconocen que el desarrollo inmobiliario va mucho más allá de los ladrillos y el concreto: “Se trata de crear espacios donde las personas vivan, se conecten y construyan sus propios proyectos de vida”, explica.
Con 65 años de trayectoria, la compañía ha encontrado su propósito en algo más profundo que diseñar, financiar y construir obras físicas: quiere desarrollar comunidades que potencien la vida de sus habitantes. ¿Cómo logra una empresa inmobiliaria hacer esto? A través de la “co(human)idad,” una idea que refleja el compromiso de Bolívar con el bienestar de las personas en cada espacio que desarrolla, administra, y/o habita.
Comentan miembros del equipo que “co(human)idad” significa colocar al ser humano siempre en el centro, creando entornos diseñados intencionalmente para la interacción y la convivencia. En palabras de Diego de Sola, la empresa no busca ser “la más grande” o “la mejor”, sino ser “la idónea” para clientes, talento, inversionistas y demás públicos, que aprecian aquello que Bolívar ofrece.
Subraya que el verdadero impacto de la operación radica en cómo sus proyectos logran conectar a las personas y facilitar un sentido de pertenencia en cada “co(human)nidad”.
¿POR QUÉ CONSTRUIR CO(HUMAN)IDADES?
Para los integrantes de Inversiones Bolívar, la respuesta a esta pregunta es clara: este propósito es lo que mueve a todos como equipo, es lograr un mundo un poco mejor por cada inmueble que se desarrolla, por cada decisión que se toma.
En lugar de centrarse solo en estructuras físicas o utilidades que pueden lograrse a través de su actividad, Bolívar apuesta por el desarrollo de proyectos que se conviertan en plataformas para la realización personal y social.
Según De Sola, el objetivo es que cada inmueble donde haya pasado la “mano” de Bolívar sea un espacio donde ocurren momentos que los usuarios valoren y recuerden, como niños aprendiendo a andar en bicicleta, colegas logrando cooperación productiva, y/o vecinos que forman lazos duraderos.
Este enfoque enfatiza la importancia de las interacciones humanas y de construir un impacto que vamás allá de lo material. El compromiso de Bolívar con sus distintos públicos se traduce en una cultura organizacional que se aleja de las jerarquías tradicionales y adopta un verdadero liderazgo compartido.
En Bolívar, “todos sostienen una parte del timón”, promoviendo una cultura de confianza, transparencia, colaboración y exigencia mutua. Esto implica que cada miembro del equipo tiene la libertad de tomar decisiones y contribuir activamente, un modelo que el mismo equipo describe como “libertad con responsabilidad”.
Esta estructura invita no sólo a participar, sino también a hacerse todos responsables del impacto de cada individuo, y de la empresa en todas las co(human)idades donde operan.
¿QUÉ ES RESPONSABILIDAD?
Para Bolívar, esta palabra se define de una manera muy sencilla con una sola pregunta: “‘¿El mundo estará mejor o peor por (mis acciones, este proyecto, esta iniciativa)?’ Esta misma pregunta, que nos hace responsables de todo lo que decimos y hacemos, se aplica contínuamente hacia cada público de interés, desde empleados y clientes, hasta proveedores y comunidades locales’”.
Para ir más allá de la intención, la empresa ha invertido tres años de medición y esfuerzo para lograr certificarse como Empresa B (sistemab.org) en El Salvador, siendo líderes que forman parte de un movimiento global que cumplen con altos estándares de impacto social y medioambiental.
La certificación valida su compromiso y lejos de ser un logro simbólico, la “B” es una herramienta de rendición de cuentas que permite a Bolívar medir y demostrar su impacto, por lo que la empresa busca alinear cada proyecto con un propósito de sostenibilidad y responsabilidad.Al medir cada aspecto de sus operaciones, desde el destino de los residuos hasta el uso eficiente de recursos, Bolívar se enfoca en un crecimiento en sintonía con impacto neto positivo para todos sus públicos, incluyendo por supuesto al medio ambiente. La empresa entiende que su éxito depende de la confianza de sus stakeholders.
Como De Sola menciona, “la confianza es el pilar fundamental de cualquier relación que busque perdurar. Y esta no se pide ni se exige, se gana.”Para ganar y sostener esta confianza, Bolívar mantiene una comunicación abierta y honesta con todos sus públicos y fomenta una cultura donde los errores son especialmente valiosos, como oportunidades de aprendizaje.
Esta filosofía de mejora continua permite a la empresa adaptarse y evolucionar, construyendo relaciones que no se basan en la perfección, sino en el esfuerzo consciente, genuino y deliberado por hacer las cosas bien, y cada día mejor.
AMOR AL ARTE
En Bolívar, el “bienestar” no significa simple comodidad superficial; es un compromiso con la mejora continua y con la creación de un ambiente de trabajo de alto desempeño.
La “co(human)idad” dentro de la empresa es también una filosofía de vida, donde los colaboradores son valorados no solo por su contribución laboral, sino por su crecimiento y desarrollo personal.
De Sola destaca el “amor al arte” que impulsa a su equipo, una pasión que se traduce en la dedicación y entrega que se evidencia en cada rincón de cada proyecto.“Nos enorgullece (y nos responsabiliza) escuchar a nuestros clientes hablar de los detalles meticulosos en todos nuestros proyectos”, recuerda De Sola.
En los pasillos de Bolívar se dice y se escucha: “como uno hace una cosa es como hace todas las cosas” y con esa filosofía es que cada uno se esmera en dar lo mejor de sí para que su impacto individual y colectivo se traduzca en valor para todos los que los rodean.
CLAVES
Diego de Sola es presidente de la Junta Directiva de Inversiones Bolívar (proyectosdevida.com) y CEO de Grupo de Sola (www.grupodesola.com). Con su formación académica y profesional, De Sola ha llevado su visión de“Proyectos de Vida” a cada proyecto, promoviendo un enfoque centrado en las personas.
Preside también la junta directiva de UAssistME (uassistme.com), empresa de servicios remotos reconocida por su cultura de innovación y audacia, y forma parte de la junta directiva de UNEX El Salvador (unexelsalvador.com), líder en El Salvador en el beneficiado y exportación de café.
Es co-fundador y director de Glasswing Internacional (glasswing.org), y vive en El Salvador con su esposa, Alexandra y sus tres hijos, Diego Xavier, Herbert y Alejandro.