La Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR por sus siglas en inglés), excluyó a Nicaragua de la reasignación de la cuota azucarera adicional para el año fiscal 2022, enviando el “primer mensaje” para el Gobierno en torno a la aplicación de medidas contempladas en la Ley Renacer, que incluyen la revisión del CAFTA, según algunas fuentes consultadas.
Durante el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, a Nicaragua se le asignó solo el 1.98% de esa cuota, en parte, porque al no tener comercio previo con EEUU., no había un historial que permitiera calcular el porcentaje a asignar.
Ese 1.98% representa en este momento unas 22,083 toneladas, pero esa cuota, así como las 29,000 toneladas negociadas en el marco del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos “está segura”, dijo una fuente del sector que prefirió el anonimato.
Cuando las naciones azucareras no pueden cubrir la cuota asignada, el USTR la reasigna al resto de países según su propio criterio, lo que suele traducirse como un mensaje político, en la medida en que se asigne más, o menos, a un país, comentó la fuente.
A modo de ejemplo, la fuente recordó que “hace dos años, el 100% de la cuota (unas 250 000 toneladas en ese momento), se le asignó a Brasil, porque Estados Unidos quería apoyar al presidente Bolsonaro, que estaba en problemas”.
Este año, socios como República Dominicana, Brasil y Australia, recibieron 40,000; 37,182 y 21,284 toneladas respectivamente, de un contingente total calculado en 201,551 toneladas.
Guatemala fue el más beneficiado con esta reasignación, al recibir 12,309 toneladas adicionales, mientras El Salvador (cuyo presidente, Nayib Bukele, contiende de forma asidua con EEUU.), recibió 6,667 toneladas. Panamá (7,437), Costa Rica (3,846), Belice (2,821), y Honduras (2,564), cierran la reasignación a Centroamérica.
Durante las tres reasignaciones efectuadas en 2021, Nicaragua obtuvo contingentes adicionales por alrededor de 5,000 toneladas que no solo entran a Estados Unidos con aranceles bajos, sino que, a un precio preferencial, que puede ser 80% a 100% mayor que el que se adquiere fuera de la cuota.
Aunque cabe dentro de lo que se denomina ‘acción técnica’, expertos no descartan que la medida forma parte de la política de la administración estadounidense, para presionar al Gobierno de Nicaragua para que rindan cuentas por el deterioro de la democracia y los derechos humanos en el país.
Afecta a productores
El problema es que “esto perjudica a los productores privados, no al Gobierno”, remarcó otra fuente de la industria, consultada antes.
“Básicamente, el mensaje es que Estados Unidos va a ir cerrando toda negociación con Nicaragua, y que no habrá ninguna salvaguarda que pueda amparar la relación comercial con Estados Unidos, la que solamente se va a ir deteriorando”, dijo por su parte en una entrevista previa, el exdiputado liberal, Eliseo Núñez.
“Si acaso esto es un mensaje, no sería para el Gobierno, que hace muy poca plata con las exportaciones de azúcar, por ser exportaciones dentro del marco del Cafta, sino para los dueños de los ingenios azucareros”, dijo otra fuente que conoce cómo funciona la toma de decisiones de Washington.
“Pero si es un mensaje, sería un mensaje light, porque el azúcar representó apenas el 2% de los commodities exportados a EE. UU. en 2021. Sería algo así como ‘no le hagan el juego el Gobierno’, pero hay mejores métodos, porque esto no le hará ni cosquillas”, al sector privado nicaragüense, detalló.

El impacto del sector
En efecto, las exportaciones totales de azúcar representaron ingresos por casi US$300 millones, entre 2020 y 2021, además de generar alrededor de 35,000 empleos directos y el 4% del PIB.
Además beneficia a 800 productores privados que venden su cosecha a los ingenios establecidos en el país.
Aunque se considera que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no puede excluir a Nicaragua del Cafta sin cancelar el tratado completo, la firma de la Ley Renacer, le permite evaluar todas las herramientas diplomáticas y económicas para presionar a Ortega y Murillo, incluyendo el Cafta.