Desde la Fundación Libertad y Desarrollo, que preside. Dionisio Gutiérrez empuja la agenda de una verdadera integración económica centroamericana que pase primero, por rescatar la política, las instituciones y la ciudadanía. Está convencido de que los centroamericanos "tenemos instituciones muy débiles, poco espacio fiscal y ciudadanos ausentes", que hacen prevalecer "la cultura del sálvese quien pueda".
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Si antes de la pandemia, la región ya venía arrastrando un déficit, a partir de marzo de 2020, el Covid -19 agravó los escenarios: "El virus vino a confirmar que somos países en construcción, donde los sistemas institucionales no han funcionado, y por lo tanto, cuando hay una crisis de esta magnitud, "florecen las debilidades". Centroamérica es una región débil, disfuncional y abierta a amenazas reales como el crimen organizado asociado a los Estados", dice el empresario. De cara a la pandemia, advierte, esas amenazas obligan a las élites a tomar acciones "casi temerarias", para lograr, por un lado la reactivación económica y, por otro, darle a la gente la oportunidad de sobrevivir". "El saldo negativo
acumulado que tenemos en temas sociales y económicos son enormes y causa de nuestro subdesarrollo político", insiste. En el recuento de los daños causados por el Covid 19. Hay que "aceptar con humildad que muy poco se puede hacer ante una crisis de esta magnitud, pues si los países con un amplio espacio fiscal han tenido enormes problemas, en los nuestros la estamos pasando como un infierno."
"Es todavía temprano para saber quién está haciendo bien las cosas en la región", apunta. Pronostica que quien mejor lo haga será quien deje en libertad a sus ciudadanos para decidir cómo protegerse, mientras intentan mantener las economías a flote. Propone: "poner en marcha la apertura económica de Centroamérica para convertirnos en una unidad integrada, generaría un grado mayor de entusiasmo y esperanza. Habría una visión de futuro para evitar que avancen y se consoliden las amenazas políticas de la región".
Impactos severos
"Esta crisis nos va a dejar expuestos a conflictividad social y amenazas políticas", advierte el también empresario, director de la multilatina Corporación Multi Inversiones, un emporio empresarial líder en el sector de alimentos, energía y finanzas."Esto obliga a que los gobiernos y élites, tanques de pensamiento, élite económica, académica, hablemos seriamente de medidas, más que audaces, temerarias, para reactivar nuestras economías. Debemos definir qué políticas fiscales, de atracción de inversión podemos implementar", propone. Sentencia: "En 2020 y todo el 2021 vamos a ver una caída en la actividad económica en toda la región y daños muy severos a las economías, con consecuencias sociales muy graves. Es la realidad con la que tenemos que vivir todas las empresas".
"Habrá desempleo, y deuda pública en aumento exponencial, déficit fiscal, todos los elementos que pueden generar una situación económica muy compleja. Mucha gente ha perdido su trabajo y da pena ver la cantidad de emprendimientos personales y de pequeñas empresas que simplemente desaparecieron", agrega Gutiérrez.
Por el lado positivo, "soy testigo de que todas las empresas han encontrado fórmulas de ser más eficientes, han descubierto que antes hacíamos las cosas con muchos más recursos de los necesarios. En ese sentido, sostiene, "Hay un aprendizaje y quienes logremos capitalizarlo vamos a poder decir con un poco más de satisfacción le sacamos algunas cosas buenas a esta tragedia".
La tecnología está permitiendo a las empresas hacer más cosas con menos gente, lo que -admite- tiene un efecto en el empleo en todos los niveles. "Entender que se podía ser más austero en unas cosas y más eficiente en otras permitirá hacer más con menos y readecuarnos a los nuevos tamaños", prospecta.
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Integración en la agenda
Semanas antes del inicio de la pandemia encabezó en guatemala un encuentro con líderes iberoamericanos, expresidentes, empresarios y representantes de diversos sectores. el tema era promover una verdadera comunidad económica centroamericana. ¿cuál es hoy su lectura de aquella agenda?Esta crisis representa un atraso, pero como todas las crisis, también pasará. La necesidad de integrarnos en una unidad económica será más grande y evidente. Habrá que seguir trabajando para que la política evolucione porque dependerá en gran medida de los liderazgos, así como de los gobiernos y la élite política, económica, que logremos rescatar esa vieja agenda que lleva tantos años pendiente. La viabilidad de la integración ha estado siempre en manos de los políticos de turno, pero si la élite económica le diera a la integración la importancia estratégica que tiene, ya habría sucedido.
Estoy convencido de que gobiernos y élites deben arrancar el tren de la integración lo antes posible. Traería resultados positivos inmediatos. La devastación social y económica que nos va a dejar la crisis hace más necesario un compromiso real, profundo y honesto.
Los países debieron salir adelante solos en medio de la pandemia, con medidas y restricciones impuestas por los gobiernos, y cierre de fronteras.
Cerramos antes de tiempo, debilitando nuestras economías aún más. Cuando llegó el momento de enfrentar el contagio simplemente no teníamos los recursos ni la capacidad gubernamental para organizar los hospitales. ésta es una crisis tan grande que habrá que navegar la tormenta de la mejor manera posible. Es responsabilidad de las élites de la región articular una reactivación y un modelo de desarrollo que responda a las necesidades más evidentes.
Las instituciones centroamericanas, ¿estuvieron a la altura de los retos que trajo esta pandemia?
Mi respuesta corta es: no. La institucionalidad no ha funcionado incluso en Costa Rica y Panamá, países que más han evolucionado en la región. Sobre todo en Panamá, donde tomaron medidas muy autoritarias que están dejando muy golpeada a la sociedad y la economía. En la institucionalidad, Costa Rica es un referente. En el resto de nuestros países, nuestros sistemas hospitalarios están colapsados y en crisis antes de la crisis, la capacidad de los gobiernos de ejecutar los programas sociales es muy pobre. Además, la corrupción se ha hecho presente prácticamente en toda la región con las ayudas y los programas sociales de los gobiernos.
En cuanto a las instituciones del Sistema de integración, ya antes de la crisis tenían muy poca tracción. Los gobiernos no les hacen mucho caso, son entidades burocráticas desconectadas de la realidad a la hora de ejecutar o de tomar decisiones políticas. Los congresos no las escuchan.
Esta realidad que estamos viendo, de Estados sin infraestructura social, de salud, con población sumamente vulnerable, ¿cómo le tiene que tocar la consciencia a los empresarios?
Los empresarios socialmente responsables hicimos un esfuerzo extraordinario por mantener las planillas, los empleos y a la gente con ingresos, porque la crisis así lo exigía. Algunas empresas podían hacerlo más o mejor que otras. Por otro lado, muchísimas empresas formaron parte del apoyo con recursos para aliviar la crisis, y apoyar programas sociales. Algunas ayudaron a montar hospitales, se ha hecho todo lo que se ha podido en el tema de solidaridad y empatía.
Con una caída tan dramática en las ventas como la que hubo, tomó varios meses a las empresas ajustar gasto y costo. Conozco no docenas, sino cientos de empresas que han tenido pérdidas importantes durante varios meses y aun así, colaboraron. La poca escala económica, la escasez de tantos recursos de todo tipo: institucionales, estatales, humanos, económicos, fiscales, nos hacen tomar consciencia de que estamos enfrentando una crisis que obliga a hacer un punto de inflexión. Es imperativo tomar decisiones que cambien el ritmo que traíamos y que respondan a las necesidades que impone el momento histórico.
América Latina sufre desde hace tiempo una desconexión entre su élite económica y la élite política, Las élites políticas han involucionado de muchas maneras y provocado subdesarrollo. El nivel de subdesarrollo político que tenemos en Centroamérica es de tal magnitud, que nos tiene bloqueados.
Esa desconexión la podemos ver desde las cámaras empresariales. Los liderazgos empresariales, desde sus burbujas y desde los escritorios pueden decir las cosas que se tienen que hacer, pero no hemos hecho nada para contar con los recursos, sobre todo humanos, que participen en la política, en la toma de decisiones y en la ejecución de las decisiones correctas o las políticas públicas correctas que necesitaría Centroamérica en un tiempo como éste.
La receta: realidad con optimismo
¿Qué medidas y acciones esperarían de los líderes de la región?
Políticas concretas: Anunciar que Centroamérica se integra, que se levantan las fronteras, que a partir de una determinada fecha habrá libre movilidad de personas, de bienes y capitales. No es fácil, pero hay bastante trabajo hecho. Luego, comunicarle al mundo que Centroamérica va a tener una política de inversiones muy amplia, para que cualquiera que venga vea las oportunidades para invertir.
Estados Unidos, en este momento geopolítico global tiene conflictos con China, y Centroamérica puede ocupar algunos de los espacios que ocupaba China en producir algunas cosas, o desarrollar ciertas actividades económicas. Formemos a nuestra gente con programas intensivos para que en pocos meses desarrollen las habilidades necesarias. Hay que ser muy creativos, audaces en decisiones que realmente nos hagan competitivos, que nos hagan vernos una región atractiva.
Si no hacemos cosas con ese nivel de dramatismo, vamos a seguir estancados, en una historia que ya trae un saldo acumulado negativo importante, y además con las cargas que nos va a dejar la pandemia.
¿Pudieron responder los empresarios integradamente y con visión regional?
Para Dionisio "Es evidente que las élites empresariales no son capaces de ponerse de acuerdo ni dentro de ellas mismas. No hay mucho que hacer. Siempre se harán presentes los intereses de corto plazo, y los conflictos estarán a flor de piel de cara a la pandemia. Los empresarios y las élites de la región debemos comprender que habrá que hacer algunos sacrificios para superar el momento que estamos viviendo.
Confía en que la solución está en una verdadera comunidad económica Centroamericana. Puede ser la oportunidad de ganarle la partida a la crisis, porque tal como lo mencionó al inicio de la entrevista: "Falta parte del primer tiempo y todo el segundo tiempo de la pandemia". Aun así, como ocurre en la cancha, persiste la esperanza de un gol, hasta en el último minuto, el que se salve la mayoría