La banca cubana, toda estatal, prestó unos US$129 millones a personas desde que hace tres años el presidente Raúl Castro introdujo una nueva política de créditos como parte de sus reformas económicas, informó este jueves un funcionario.
'Al cierre de setiembre se habían ejecutado 378.011 financiamientos por 3.231 millones de pesos (US$129,2 millones)', dijo el vicepresidente del Banco Central, Francisco Mayobre, al diario oficial Granma.
Mayobre destacó que 'el 63%' del monto total (US$81,4 millone) fue destinado a 'financiar acciones constructivas de las viviendas', mientras que los agricultores independientes 'han recibido más de 1.100 millones de pesos (US$44 millones)'.
Según el funcionario, 'más de 10 millones de pesos (más de US$400.000)' fueron otorgados para la compra de equipos electrodomésticos, una posibilidad a la que el gobierno dio luz verde en enero pasado.
Las nuevas normas sobre créditos, introducidas por Raúl Castro el 20 de diciembre de 2011, están dirigidas especialmente a los trabajadores por cuenta propia, dueños de pequeños negocios, cooperativas y campesinos independientes, y personas que necesiten reparar o construir viviendas.
Mayobre subrayó que los trabajadores privados, unos 470.000 en la actualidad, en una población de 11,1 millones de habitantes, no han acudido a los bancos a solicitar créditos ni a abrir cuentas corrientes 'como se esperaba'.
Ellos 'tienen muchas dudas e insatisfacciones con el trabajo del banco', admitió, señalando que sus críticas se han tomado en cuenta desde el año pasado para simplificar y flexibilizar el proceso de concesión de los créditos.
No obstante, Mayorbe dijo que 'la demanda del servicio (la solicitud de créditos) supera las capacidades para brindarlo', y que la banca trabaja para ampliarse.
En Cuba hay nueve bancos estatales y otras 15 instituciones financieras públicas. Asimismo, 11 bancos extranjeros operan en la isla, pero solo hacen negocios con empresas (estatales o de capital mixto).
Los nuevos créditos personales forman parte de las reformas destinadas a hacer eficiente el agotado modelo económico centralizado de la isla, procurando disminuir la abultada nómina estatal de cinco millones de trabajadores e impulsar el trabajo privado, las pequeñas empresas y las cooperativas.