POR EFE
La segunda y última jornada de la cumbre de líderes mundiales de la COP30 comenzó este viernes en la ciudad de Belém, en la Amazonía brasileña, donde debatirán sobre la transición energética y las metas climáticas del Acuerdo de París.
En la sesión plenaria de jefes de Estado y de Gobierno participaron los representantes de México, Perú, Venezuela, España, Alemania, India, Rusia y el Vaticano, entre otros.
La jornada arrancó, sin embargo, con una foto de familia de los dirigentes, que este jueves tuvo que cancelarse porque la agenda del día fue acumulando retrasos.
En paralelo a la sesión plenaria, se celebraron dos mesas de trabajo temáticas presididas por el mandatario brasileño y anfitrión de la cita, Luiz Inácio Lula da Silva.
La primera fue sobre la transición energética, uno de los asuntos más espinosos de las negociaciones climáticas ya que implica debatir sobre el abandono de los combustibles fósiles.
La segunda abordó los diez años del Acuerdo de París y revisó las metas climáticas.
Los países tenían que presentar sus nuevos compromisos climáticos hasta el pasado febrero, pero por el momento solo lo han hecho unos 70, cuando apenas faltan tres días para el inicio formal de la cumbre climática de la ONU, que se extenderá hasta el día 21.
El jueves, en la primera jornada, la reunión de líderes estuvo marcada por reproches directos e indirectos al "negacionismo científico" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por parte de algunos dirigentes latinoamericanos, como Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile).
Además, Lula lanzó un fondo global para conservar los bosques tropicales al que se adhirieron alrededor de medio centenar de naciones, aunque por el momento solo han anunciado recursos financieros el propio Brasil, Noruega, Francia, Indonesia, Alemania y Portugal.
Este nuevo mecanismo puede llegar a beneficiar a 70 países con selvas tropicales y pretende desterrar el concepto de "donación" para operar como una especie de bolsa de financiación en la que todas las partes, contribuyentes y beneficiarios, saldrán ganando.
Brasil anuncia un fondo para financiar la transición energética con el dinero del petróleo
Brasil creará un fondo para financiar la transición energética y promover "la justicia climática" que se nutrirá con "parte de las ganancias de la explotación de petróleo", según anunció este viernes el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la cumbre de líderes de la COP30, en Belém.
"El mundo necesita una hoja de ruta clara para acabar con esa dependencia de los combustibles fósiles", dijo Lula en una mesa de trabajo sobre transición en la que participaron algunos líderes mundiales, entre ellos el secretario general de la ONU, António Guterres.
Lula no ofreció más detalles sobre plazos para la implementación de dicho fondo o sobre si los recursos provendrán de la empresa estatal Petrobras o de todo el sector en general.
Brasil está actualmente entre los diez mayores productores de petróleo del mundo.
Petrobras anunció el jueves que obtuvo un beneficio neto de 32.705 millones de reales en el tercer trimestre (6.030 millones de dólares/ 5.300 millones de euros), lo que supone un 22,7 % más con respecto al resultado del segundo.
Desde que asumió el poder, en enero de 2023, Lula ha dado el papel de "inductor" del crecimiento del país a Petrobras, de control estatal, aunque con acciones negociadas en bolsa.
Por otro lado, en vísperas de la COP30, su Gobierno fue objeto de críticas por parte de organizaciones ecologistas por respaldar la exploración de petróleo en yacimientos marinos cerca de la desembocadura del río Amazonas, una región de alto valor ecológico.
Lula también presentó otras opciones para financiar una transición energética "justa, equitativa y ordenada" para los países en desarrollo, como "intercambiar deuda pública por financiación para iniciativas de mitigación".
También se refirió a los minerales críticos, esenciales para fabricar baterías, paneles solares y otros equipamientos de alta tecnología, y que están jugando un rol fundamental en el actual tablero geopolítico.
En este sentido, defendió que, con la intención de generar empleo y asegurar la seguridad energética, "los países en desarrollo necesitan participar de todas las etapas de la cadena global de valor" de tales minerales críticos.