Luego del anuncio del miércoles pasado de la normalización de relaciones entre La Habana y Washington tras medio siglo de hostilidades, 'todo el mundo está inquieto, esto es como un tsunami de pronto. Hay mucho empresario estadounidense que ha entrado en pánico' dijo a la AFP Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group en Miami.
'Quieren apurarse, pero esto no es así, es todo un proceso, que comienza ahora y va a haber un periodo de al menos un par de años' mientras se afinan los detalles de la nueva relación, dijo Morales, quien afirma que su teléfono no ha dejado de sonar desde la semana pasada.
Lo más importante es que cambió 'dramáticamente el tono de la conversación' y eso 'desde el punto de vista de negocios', hace que 'lo que antes era solo un prospecto del futuro, ahora empiece a estar en el horizonte', indicó Pedro Freyre, abogado cubano-estadounidense que dirige la división internacional de la firma Akerman.
Comenzó la fase 'de desmontar el embargo, y el mercado crecerá y será mas atractivo en la medida en que se vayan quitando las piezas del embargo y ese es un proceso que va a tardar', señaló Morales.
El presidente de la influyente Cámara de Comercio estadounidense, Thomas Donohue, que visitó Cuba este año, afirmó que su organización 'se encuentra preparada para ayudar al pueblo cubano a desarrollar el poder de la libre empresa para mejorar sus vidas'.
Nuevo lobby económico
Cuando Obama anunció que abría un diálogo con Cuba para normalizar las relaciones, dispuso también una serie de medidas que permitirán mayores intercambios, como mayores viajes y envío de remesas a la isla o exportación de materiales de construcción y equipamiento agrícola.
Pero el embargo económico, virtual barrera para las inversiones y las relaciones comerciales hacia Cuba, sigue vigente y solo puede levantarlo el Congreso, que a partir de enero estará totalmente dominado por la oposición republicana.
Republicanos clave como el senador Marco Rubio, estadounidense de origen cubano que dirigirá desde enero la subcomisión de Relaciones Exteriores para América Latina, han prometido echar mano a todas las herramientas para sabotear el acercamiento a Cuba, porque temen que el régimen castrista sea el principal favorecido con las nuevas relaciones.
Pero en medio de la incertidumbre, las empresas estadounidenses no quieren perder oportunidades y esperan que pronto se instale la embajada en La Habana que facilite viajes exploratorios a la isla para 'ver cuáles son los nichos que pueden ser buenos para ellos', dijo el cubano Morales.
'Vamos a ver una transformación del lobby político en un lobby empujado por las empresas, que es un lobby más fuerte porque estarán los intereses de grandes compañías' estadounidenses con apetito por el mercado de 11 millones de personas en la isla, agregó.
Florida, beneficiario natural
Cuba, que importa gran parte de lo que consume y donde mucho está por hacerse, es un terreno fértil para introducir desde alimentos a vehículos, y podrá recibir inversiones en turismo, infraestructura, biotecnología, industria de la salud y hasta petróleo una vez se abra el dique, indican los consultores.
Y Florida, estado del sureste de Estados Unidos separado de Cuba por tan solo 150 km de mar y donde tienen residencia la mayor parte de los dos millones de cubanos en el país, es la región natural para sacar mayor provecho.
Por lo pronto, las empresas autorizadas por el Departamento del Tesoro para realizar viajes fletados a la isla, que en su gran mayoría operan en Florida, han notado un fuerte incremento en la demanda, según la prensa local.
'Desde mi oficina veo salir por el río Miami los cargueros yendo a las Bahamas, a Haití. El día que (el comercio) se abra para Cuba, lo que vas ver todos los días son barcos y barcos yendo para allá con cualquier producto', pronosticó Freyre.