Por revistaeyn.com
Los países de América Latina y el Caribe tienen en la transformación de los gobiernos locales y regionales una de las claves fundamentales para alcanzar un desarrollo verdaderamente sostenible, inclusivo y resiliente.
Esta es la premisa central del nuevo Reporte de Economía y Desarrollo (RED) de CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe–, que sitúa a los gobiernos subnacionales en el centro de la agenda para cerrar brechas sociales y territoriales, mejorar la prestación de servicios públicos y responder con eficacia a los desafíos globales.
Con el título “Soluciones cercanas: el papel de los gobiernos locales y regionales en América Latina y el Caribe”, el informe analiza las capacidades, limitaciones y oportunidades existentes en el ámbito municipal y regional para impulsar cambios concretos desde el territorio.
El RED parte de un hecho significativo: los gobiernos locales y regionales gestionan el 20 % del gasto público en América Latina y el Caribe en promedio, y casi el 50 % en algunos países.
Sin embargo, lo hacen con capacidades institucionales limitadas, marcos normativos fragmentados y con grandes desafíos de coordinación con otras unidades y niveles de gobierno.
Entre los principales hallazgos del informe bandera de CAF, se destaca que el fortalecimiento institucional de los gobiernos locales y regionales es esencial no solo para mejorar la prestación de servicios como educación, salud o infraestructura básica, sino también para enfrentar de manera más efectiva fenómenos como el cambio climático, la informalidad urbana o la violencia.
“La construcción de un desarrollo sostenible, equitativo y resiliente en América Latina y el Caribe requiere mirar más allá de los gobiernos centrales. Este RED demuestra que los municipios y gobiernos intermedios no son solo implementadores: son verdaderos protagonistas de la transformación que la región necesita”, afirmó Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF.
El informe también analiza cómo lograr una mayor equidad territorial exige nuevas formas de coordinación entre niveles de gobierno, con un enfoque más estratégico y menos fragmentado. En este sentido, propone fomentar instancias de gobernanza multinivel más sólidas y generar capacidades técnicas que permitan a los gobiernos locales gestionar con mayor eficacia sus competencias.