Por AFP
El año pasado, la industria estadounidense del armamento representó el 61% de las ventas de los 25 mayores productores mundiales, por delante de China, con el 15,7%, según datos de Sipri (Instituto Internacional de Estudios para la Paz), con sede en Estocolmo.
El volumen de negocio total de estas 25 empresa creció un 8,5% y se elevó a US$361.000 millones, cinco veces más que el presupuesto anual de las operaciones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas.
Seis empresas estadounidenses y tres chinas figuran en el top 10. La única empresa europea que ocupa los primeros puestos de la clasificación es la británica BAE Systems, en el 7º lugar.
Para Lucie Béraud-Sudreau, directora del programa de armamento y gastos militares de Sipri, 'esta clasificación refleja el hecho de que China y Estados Unidos son los países que más gastan en armamento, con empresas adaptadas para ello'.
Si el dominio estadounidense no es nuevo, en el caso de China, donde los ingresos de las principales empresas han crecido cerca de un 5% en un año, 'este aumento corresponde al establecimiento de reformas de modernización del Ejército Popular de Liberación desde 2015', dice la investigadora a la AFP.
Los grupos estadounidenses Lockheed Martin, Boeing, Northrop Grumman, Raytheon y General Dynamics ocupan en este orden los cinco primeros puestos mundiales. Los chinos AVIC, CETC y Norinco ocupan la 6º, 8º y 9º posición, respectivamente.
'Europa sigue en orden disperso (...), pero si pusiéramos las empresas europeas juntas, alcanzarían el mismo nivel' que las de Estados Unidos y China, dice por su parte Béraud-Sudreau.
El hecho de que Airbus (europeo, 13º de la clasificación) y Thales (francés, 14º) puedan enorgullecerse de tener la mayor presencia en el extranjero (en 24 países cada uno) - por delante del estadounidense Boeing - se explica sobre todo porque 'las empresas europeas están más internacionalizadas' que en otras partes, considera la investigadora.
EDGE, que ocupa el lugar 22, 'ilustra bien cómo la combinación de una fuerte demanda nacional de productos y servicios militares, aunado al deseo de hacerse menos independiente de los proveedores extranjeros, es el motor del crecimiento de las empresas de armamento en Oriente Medio', dice Pieter Wezeman, otro investigador del instituto, citado en el informe.
Sipri destaca también la presencia del grupo francés Dassault, que pasa de la posición 38 a la 17, gracias a sus exportaciones de Rafale en 2019.
Dos empresas rusas, Almaz-Antey (15º) y United Shipbuilding (25º) figuran en la clasificación, al igual que la italiana Leonardo, 12ª del mundo.
Lucie Béraud-Sudreau recuerda que aunque las empresas rusas estaban en mejor forma hace años, gracias a un ambicioso programa de modernización de equipamiento, el impulso se ha 'ralentizado fuertemente'.
Esto se debe, según la investigadora, a las sanciones de la comunidad internacional impuestas a Moscú tras la anexión de Crimea en 2014 y la caída de los precios de las materias energéticas, de los que depende la economía rusa.
'Rusia tuvo que ralentizar sus esfuerzos de modernización del equipamiento militar (...) por lo que ha tenido menos pedidos del Estado ruso, menos proyectos iniciados
El año pasado, la industria estadounidense del armamento representó el 61% de las ventas de los 25 mayores productores mundiales, por delante de China, con el 15,7%, según datos de Sipri (Instituto Internacional de Estudios para la Paz), con sede en Estocolmo.
El volumen de negocio total de estas 25 empresa creció un 8,5% y se elevó a US$361.000 millones, cinco veces más que el presupuesto anual de las operaciones para el mantenimiento de la paz de Naciones Unidas.
Seis empresas estadounidenses y tres chinas figuran en el top 10. La única empresa europea que ocupa los primeros puestos de la clasificación es la británica BAE Systems, en el 7º lugar.
Para Lucie Béraud-Sudreau, directora del programa de armamento y gastos militares de Sipri, 'esta clasificación refleja el hecho de que China y Estados Unidos son los países que más gastan en armamento, con empresas adaptadas para ello'.
Si el dominio estadounidense no es nuevo, en el caso de China, donde los ingresos de las principales empresas han crecido cerca de un 5% en un año, 'este aumento corresponde al establecimiento de reformas de modernización del Ejército Popular de Liberación desde 2015', dice la investigadora a la AFP.
Los grupos estadounidenses Lockheed Martin, Boeing, Northrop Grumman, Raytheon y General Dynamics ocupan en este orden los cinco primeros puestos mundiales. Los chinos AVIC, CETC y Norinco ocupan la 6º, 8º y 9º posición, respectivamente.
'Europa sigue en orden disperso (...), pero si pusiéramos las empresas europeas juntas, alcanzarían el mismo nivel' que las de Estados Unidos y China, dice por su parte Béraud-Sudreau.
El hecho de que Airbus (europeo, 13º de la clasificación) y Thales (francés, 14º) puedan enorgullecerse de tener la mayor presencia en el extranjero (en 24 países cada uno) - por delante del estadounidense Boeing - se explica sobre todo porque 'las empresas europeas están más internacionalizadas' que en otras partes, considera la investigadora.
Entrada de Oriente Medio
Por primera vez, una empresa en Oriente Medio -- EDGE en Emiratos árabes Unidos, resultante de la fusión de unas 25 entidades -- integra el top 25.EDGE, que ocupa el lugar 22, 'ilustra bien cómo la combinación de una fuerte demanda nacional de productos y servicios militares, aunado al deseo de hacerse menos independiente de los proveedores extranjeros, es el motor del crecimiento de las empresas de armamento en Oriente Medio', dice Pieter Wezeman, otro investigador del instituto, citado en el informe.
Sipri destaca también la presencia del grupo francés Dassault, que pasa de la posición 38 a la 17, gracias a sus exportaciones de Rafale en 2019.
Dos empresas rusas, Almaz-Antey (15º) y United Shipbuilding (25º) figuran en la clasificación, al igual que la italiana Leonardo, 12ª del mundo.
Lucie Béraud-Sudreau recuerda que aunque las empresas rusas estaban en mejor forma hace años, gracias a un ambicioso programa de modernización de equipamiento, el impulso se ha 'ralentizado fuertemente'.
Esto se debe, según la investigadora, a las sanciones de la comunidad internacional impuestas a Moscú tras la anexión de Crimea en 2014 y la caída de los precios de las materias energéticas, de los que depende la economía rusa.
'Rusia tuvo que ralentizar sus esfuerzos de modernización del equipamiento militar (...) por lo que ha tenido menos pedidos del Estado ruso, menos proyectos iniciados