Por revistaeyn.com
En Guatemala, cada habitante genera un promedio de 1.1 libras de basura a diario, según el informe What a Waste 2.0. A partir del 11 de febrero, será obligatorio cumplir el Reglamento para la Gestión Integral de Residuos y Desechos Sólidos, el cual establece que los ciudadanos deben separar la basura, mientras que las empresas recolectoras y las municipalidades deberán realizar la clasificación correspondiente.
En agosto de 2020, legisladores guatemaltecos presentaron al Congreso una iniciativa de ley marco para la gestión integral de residuos y desechos sólidos que tiene por objetivo proteger el medio ambiente. En agosto de 2021, luego de un largo análisis y discusión, obtuvo su dictamen favorable por parte de la Comisión de Ambiente, Ecología y Recursos Naturales del Congreso de la República.
La normativa busca fomentar una cultura de responsabilidad ambiental, garantizando una adecuada gestión de los residuos sólidos, con la participación del Estado, las municipalidades y la ciudadanía.
La propuesta consta de 68 artículos y su principal objetivo es establecer el marco normativo para la gestión integral de los residuos y desechos sólidos comunes que permitan la efectiva protección de la salud pública, la prevención de la contaminación ambiental y la conservación del equilibrio ecológico.
A partir del 11 de febrero se implementará una nueva clasificación de la basura en todo el país.
Según investigaciones, se han determinado que el 50 % de los desechos que genera el país son orgánicos. Edwin Castellanos, viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático, señala que separación en los hogares permite un manejo más eficiente de los residuos. Si los materiales reciclables se contaminan con restos de comida, su reciclaje se vuelve más costoso y menos efectivo.
“Cuando tiramos la basura sin separarla, estamos perdiendo material valioso que aún puede ser reutilizado. Al clasificar, estamos separando materiales con valor económico, como vidrio, plástico y papel, que pueden ser reciclados y transformados en nuevos productos”, asegura Castellanos.
Según el Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes, la separación de residuos se divide en tres categorías: orgánico (material biodegradable como restos de comida), reciclable (plástico, cartón, vidrio, papel y metales) y no reciclable (materiales que no pueden reutilizarse y deben desecharse).
Si los hogares guatemaltecos separan los desperdicios, la cantidad de basura que se enviaría al relleno sanitario se reduciría considerablemente. “Si una familia solía tirar una bolsa de 10 libras sin clasificar, ahora solo enviarían 2 o 3 libras de material no reciclable al basurero, mientras que el resto de la basura sería reciclable u orgánico (compostable)”, señala Castellanos.
El reglamento establece que una sanción por incumplimiento puede oscilar entre uno y 40 salarios mínimos, es decir entre US$478 y US$19.250 dependiendo del tipo de infracción cometida.
Con información de Prensa Libre