Por revistaeyn.com con información de EFE
La Administración estadounidense de Donald Trump decidió este congelar US$2.200 millones en fondos federales para la Universidad de Harvard.
El anuncio pone en riesgo 9.000 millones de dólares en subvenciones federales, bajo el argumento de que ha permitido que florezca el antisemitismo sin control.
La decisión llegó después de que la institución rechazara la demanda del Gobierno de que ponga a fin a sus programas de diversidad y vigile la orientación ideológica de sus estudiantes extranjeros y tras ser acusada de no hacer los suficiente para combatir el antisemitismo en su campus.
Abogados de la universidad enviaron una carta a los miembros del "Grupo de trabajo federal para combatir el antisemitismo", creado por el presidente Donald Trump mediante orden ejecutiva, en la que describen la universidad está dispuesta a erradicar el antisemitismo pero "no está preparada para aceptar demandas que vayan más allá de la autoridad legal de esta o cualquier administración".
"Ningún Gobierno debería dictar a qué puede enseñar una universidad privada, ni a quién deben admitir o contratar, o qué áreas de estudio o investigación se pueden perseguir", añadió el presidente de Harvard, Alan Garber, en una nota a los miembros de la universidad.
El pasado viernes, la Asociación Americana de Profesores Universitarios y su capítulo de Harvard presentaron una demanda con miras a evitar que el Gobierno de Trump "exija que la Universidad de Harvard restrinja la libertad de expresión y reestructure sus operaciones principales” o enfrentará los recortes de fondos.
Harvard es la segunda universidad blanco de este Grupo, que ya había cortado -con el mismo pretexto- 400 millones de dólares a la Universidad de Columbia, tras lo cual este centro aceptó una serie de requisitos del Gobierno para no perder la financiación.
MIT también se queja de "interferencias" del gobierno Trump
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), una de las universidades politécnicas más prestigiosas de Estados Unidos, ha hecho públicas sus quejas por varias "acciones del gobierno que interfieren en el normal funcionamiento" de la institución.
En un comunicado divulgado en las últimas horas por su presidenta, Sally Kornbluth, detallan que estas "interferencias" se han producido desde el pasado febrero, y han afectado tanto a la financiación federal como a la política de visados de sus estudiantes.
En el primer caso, señala que el Instituto Nacional de Salud introdujo en febrero "un corte repentino" del 15 % en los reembolsos de los gastos indirectos de investigación, lo que puso en riesgo cuestiones como el manejo de materiales peligrosos o su almacenamiento, y hasta la seguridad radiactiva. Aquello motivó una denuncia conjunta del MIT con otras instituciones educativas.
El pasado viernes, el Departamento de Energía también introdujo otro corte en la misma proporción, lo que pone en peligro el trabajo de unos mil investigadores.
En paralelo, desde el pasado 4 de abril nueve personas vinculadas al MIT -estudiantes, graduados recientes o doctorandos- han visto sus visados revocados, "sin que parezca haber explicaciones por parte del gobierno sobre esa revocación".
Obama aplaude decisión de Harvard de rechazar "intento de sofocar la libertad académica"
El expresidente de Estados Unidos Barack Obama (2009-2017) salió en las últimas horas en defensa de la Universidad de Harvard en su pulso con la Administración Trump, que en la noche del lunes congeló 2.200 millones de dólares de fondos federales para la institución académica después de que ésta se negase a plegarse a las exigencias del gobierno sobre programas de diversidad o antisemitismo.
En su cuenta de X, Obama reposteó un mensaje del presidente de Harvard, Alan Garber, que decía que "ningún gobierno, del partido que sea, puede dictar a las universidades privadas qué enseñar, a quién admitir, a quién contratar y qué materias de investigación seguir".
Para Obama, Harvard "ha brindado un ejemplo para otras instituciones educativas superiores: rechazar las tentativas torpes e ilegales de sofocar la libertad académica", y en lugar de eso ha preferido garantizar a sus estudiantes "un entorno de curiosidad intelectual, debate riguroso y respeto mutuo".
Y concluye: "Esperemos que otras instituciones sigan su ejemplo", una alusión apenas velada a otras universidades también amenazadas con retirada de fondos federales y que, en algunos casos llamativos con el de la Universidad de Columbia en Nueva York, han adoptado una actitud mucho más complaciente con las exigencias del gobierno de Trump.