Bill Gates, oriundo de Seattle (Estados Unidos), creó Microsoft en su habitación en la universidad de Harvard cuando solo tenía 20 años. Hoy, a sus 65 años, se consolida como la cuarta persona más rica del mundo con una fortuna de US$131,7 mil millones.
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El listado lo encabeza Elon Musk con un patrimonio neto de US$199,6 mil millones. El segundo y tercer lugar son ocupados por Jeff Bezos y Bernard Arnault, cada uno con una fortuna que Forbes estima en US$198,7 mil millones y US$181,3 mil millones, respectivamente. Finalmente, el top cinco es cerrado por el empresario y fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, quien acumula un patrimonio neto de US$126,2 mil millones.
La fortuna de estos magnates no ha sido lograda de la noche a la mañana, sino mediante la puesta en marcha de estrategias y negocios que les han permitido consolidarla. He ahí la sabiduría que puede tener cada uno de ellos en lo que refiere a las finanzas personales y los consejos que pueden aportar a una persona del común si de ahorro se habla. En ese sentido, Bill Gates reveló un consejo con el que asegura se puede ahorrar de forma efectiva: con visión pesimista y precavida.
Es una forma de ahorro que muy pocos ponen en práctica, pues los ingresos suelen ser gastados en servicios, artículos y experiencias sin la precaución de los imprevistos que se puedan presentar a futuro. Lo anterior hace que las personas no dimensionen la cuantía de dinero que pueden tener a largo plazo, abriendo camino a la posibilidad de adquirir créditos o dineros prestados y haciendo que las deudas incrementen en tiempos de "vacas flacas".
El ahorro es un hábito que no es fácil de adoptar, pero cobra relevancia en los momentos de incertidumbre cuando aparecen gastos con los que no se contaban. El magnate aconseja llevar a cabo un ahorro de la forma más prudente a corto plazo, afirma que ese dinero puede ir creciendo poco a poco hasta convertirse en una suma que permita realizar inversiones puntuales.
A la hora de invertir se invierten los papeles: Gates recomienda hacerlo con una visión optimista. Señala que las inversiones deben ser, en lo posible, a largo plazo, conservando las expectativas de que se obtendrá una mayor rentabilidad a futuro. La acción de invertir requiere de tiempo y recursos para conseguir buenas recompensas, es un olfato que cada uno puede desarrollar a su manera.
¿Cómo ahorrar?
Primero se debe definir el presupuesto, ya sea una persona sola o una pareja. Así, se deben establecer cuáles son los ingresos y cuáles son los gastos. Puede hacerse un listado con los gastos fijos y cuál es el dinero que queda para actividades de ocio y entretenimiento, para pagar deudas y ahorrar.La cultura del ahorro es algo de lo que muchos hablan, pero pocos profesan, y decir un porcentaje específico que deba ahorrar una persona de sus ingresos resulta complejo, pues depende de muchas variables.
Una persona soltera no tiene los mismos compromisos que una pareja con un hogar conformado por tres o cuatro niños, como tampoco se puede comparar la capacidad de ahorro que pueda tener un pensionado -que probablemente tenga casa propia- con los ingresos de una persona que apenas está empezando a pagar las primeras cuotas de su vivienda. Los expertos en la materia recomiendan que el porcentaje del salario que esté destinado al ahorro no debe ser tan bajo que no se vean los frutos del ahorro, pero tampoco tan alto que provoque inconvenientes a la hora de cubrir las necesidades básicas.
Además, recomiendan que luego de establecer el porcentaje que se va a ahorrar, esa cantidad debe ser incluida en la columna de los gastos fijos del presupuesto mensual. Puede resultar obvio, pero esto es un compromiso que ha de hacerse consigo mismo y, por tanto, debe ser respetado.
En las finanzas existe la Regla 50/20/30, que establece en términos generales cuál es el porcentaje de sueldo que debe ahorrar cada persona. Este modelo de ahorro señala que de los ingresos, el 50 % debe cubrir las necesidades básicas, es decir, la compra de alimentos, el pago de la hipoteca o arriendo, servicios públicos, deudas, entre otros. Un 20 % del sueldo debe ser destinado para el ahorro, bien sea que vaya a destinar el dinero en la compra de algo en específico o quiera ahorrar para tener dinero en caso de emergencia. El 30 % restante de los ingresos debe estar orientado a los gastos personales.
Otro modelo que sugieren los expertos en finanzas personales es que el presupuesto debería ser 70-30: 70 % para cubrir necesidades básicas y 30 % para el entretenimiento, el pago de deudas y el ahorro. Este es más aconsejable para parejas con hijos, si las condiciones así lo permiten. De llegar a ser llevado a cabalidad, las deudas no deberían superar el 10 % de los ingresos del hogar. Si las deudas llegan a ser mayores al 30 % de los ingresos, es mejor encender las alarmas y reorganizar el presupuesto, pues significa un sobreendeudamiento y los gastos pasan a ser considerados necesidades básicas.