Por revistaeyn.com
A pesar de ser el hombre más rico del mundo, Elon Musk enfrenta crecientes señalamientos por prácticas financieras que han dejado en crisis a decenas de pequeñas empresas en Estados Unidos.
Un reciente reportaje de CNN expone cómo compañías como Tesla, SpaceX y X (antes Twitter) han acumulado millones de dólares en deudas con contratistas que trabajaron en proyectos clave como la Gigafactory en Texas o las instalaciones de Starlink.
Un caso emblemático es el de Jennifer Meissner, cuya empresa de soldadura fue contratada para trabajar en la sede de Tesla en Texas. A pesar de haber invertido más de un año de trabajo y recursos personales, su compañía terminó en la quiebra cuando Tesla dejó de pagarle más de un millón de dólares. Esta situación le impidió pagar sueldos en Navidad y la llevó a vender bienes personales para afrontar deudas.
Según CNN, más de US$110 millones en embargos han sido presentados contra Tesla en Texas desde 2020, y al menos US$24 millones siguen sin saldarse.
Aunque la empresa ha justificado algunos impagos alegando trabajos deficientes o plazos incumplidos, muchas disputas no han llegado a tribunales, y varios contratistas aseguran que la demora en los pagos es sistemática y devastadora.
Otras empresas como Full Circle Technologies, que trabajó en sistemas de seguridad para Tesla, también se vieron obligadas a cerrar tras no recibir pagos. Incluso proveedores de servicios menores, como empresas de transporte o limpieza, han recurrido a demandas o embargos para intentar recuperar su dinero.
Expertos legales afirman que el alto número de embargos sugiere una política empresarial habitual de retrasar pagos como mecanismo de presión. En comparación, Apple, que también desarrolla proyectos en Texas, acumula embargos por apenas el 10 % del monto que adeuda Tesla.
Mientras Musk promueve una visión futurista de la humanidad y la innovación, muchos contratistas ven sus prácticas como insensibles y destructivas. La contradicción entre el éxito global del magnate y el colapso de pequeñas empresas revela un modelo de negocios que, aunque rentable para sus compañías, deja un rastro de víctimas financieras en su camino.