Por Marina Cigarini - Columnista E&N*
Todas las madres y los padres piensan en el legado de su familia. Como sus padres y sus abuelos, cada generación busca mejorar las oportunidades de la siguiente y contribuir con algo que perdure en el tiempo.
En el caso particular de aquellas familias de la región que fundaron y mantienen una empresa con el sello de “Hecho en Centroamérica”, ese legado se materializa en una organización que concentra el esfuerzo y la dedicación de las generaciones pasadas, y que otorga oportunidades y responsabilidades a las siguientes generaciones.
Sin embargo, nos encontramos en un momento crítico para las empresas familiares. A escala global, dos de cada tres de estas empresas llegan a la segunda generación, un 30 % de ellas a la tercera y solamente el 10% logra llegar más allá.
Es, entonces, fundamental entender cuáles son los factores que contribuyen a que las empresas familiares tengan un desempeño sobresaliente.
Para explorar las claves del éxito, llevamos a cabo en McKinsey un análisis de 600 empresas familiares que cotizan en Bolsa, de 10 sectores y 75 países diferentes; y las comparamos con el mismo número de empresas públicas no familiares.
Examinando las similitudes entre las compañías con el mejor desempeño, se puede identificar una “fórmula de creación de valor” que plantea cuatro mentalidades clave y cinco acciones estratégicas.
Las cuatro mentalidades son: enfoque hacia un propósito que va más allá de los resultados (aunque estos son críticos), orientación a largo plazo (mayor reinversión), un perfil financiero conservador (menor apalancamiento) y la toma de decisiones centralizada.
Las empresas familiares destacadas complementan con cinco acciones estratégicas enfocadas a sus prácticas de negocio.
* Diversifican sus carteras. El 40 % de las mejores organizaciones familiares genera 50 % o más de sus ingresos fuera de su actividad principal. Para ello, buscan activamente una expansión inorgánica, ejecutando operaciones menores de fusiones y adquisiciones, pero que generan más valor.
* (Re)asignan recursos activamente. Las compañías familiares exitosas son ágiles en el uso del capital, con el triple de posibilidades de haber desplazado más del 30% de su capital a nuevos negocios o regiones, en los últimos años.
* Operan e invierten de manera excepcional. Muestran una mejor rotación de capital y márgenes operativos, por dos motivos: modelos de gestión muy rigurosos y un mayor enfoque a la medición del desempeño.
* Tienen una obsesión con el talento. Esto se refleja en que el 86% de las mejores empresas familiares afirman atraer al mejor talento, y 9 de cada 10 dicen ser buenas para desarrollarlo. Esto es producto de sus acciones concretas, como la alta inversión en programas de capacitación.
* Aseguran una buena gobernanza. La mayoría de las mejores empresas documentan roles y responsabilidades, y el 90 % tiene juntas directivas independientes.
Las empresas multigeneracionales son meritocráticas y casi en su totalidad involucran a ejecutivos externos en su gestión; es decir, priorizan la supervivencia del negocio, aunque signifique confiar sus riendas a alguien más.
Estas cinco acciones no son una receta infalible, el éxito de las empresas familiares es producto de una fórmula holística. En nuestro estudio, las empresas que apalancaron sus elementos lograron crecimiento en generación de valor hasta cuatro veces mayor.
Otras pueden hacer lo mismo, por el bien de sus familias, sus empresas y, en consecuencia, del crecimiento económico de Centroamérica, sin olvidar el objetivo de sus padres y abuelos: mantener su legado.
*Marina Cigarini, socia Senior y Managing Partner en McKinsey & Company México