Por AFP
La moneda japonesa, lastrada además por la política muy acomodaticia del Banco de Japón, perdía 0,73% y se situaba en 140,00 yenes por un dólar hacia las 14H45 GMT.
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El desplome del yen, que ha perdido más de un 20% en un año, se debe, según los cambistas, a la política monetaria nipona, muy flexible.
Al contrario que en Estados Unidos o en Europa, donde la inflación se ha disparado y llegó a superar el 10% en el Reino Unido, la inflación en Japón fue de 2,4% interanual en julio, muy cerca del objetivo de 2% de los grandes bancos centrales, lo que incitó al Banco de Japón a la pasividad.
Sin embargo, la fuerte caída del yen podría empujar a la institución a actuar. “Hasta ahora, cuando el Banco de Japón ha intervenido para comprar yen, ha sido en torno a estos niveles”, explicó a la AFP David Forrester, encargado de cambios en Crédit Agricole en Hong Kong.
La pasividad del Banco de Japón contrasta con la actitud firme de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que ha indicado en varias ocasiones que continuará con sus aumentos de tasas para combatir la inflación.
“Los comentarios de la semana pasada del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que prometió una acción rápida para controlar la inflación sin preocuparse por el efecto que esto tenga en la economía estadounidense” benefician al dólar, comentaron los analistas de OFX.
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Así, el rendimiento de las otras grandes divisas frente al billete verde tampoco fue mucho mejor: el euro perdía 1,25%, a US$0,9928; y la libra esterlina bajaba 0,95%, a US$1,1511; rondando unos niveles que no se veían desde marzo de 2020.