Los flujos ilícitos de dinero deben ser combatidos, apunta la Cepal en su informe anual sobre la economía latinoamericana, para luchar contra la evasión fiscal y así contra la desigualdad.
Los países centroamericanos (y de manera muy destacada Costa Rica) despuntan en este apartado.
Según este estudio, los flujos ilícitos se distribuyen de manera desigual entre los países latinoamericanos y caribeños, ya que suelen concentrarse en las mayores economías de América Latina.
La excepción es Costa Rica, que, pese a ser una economía que produce poco menos del 1% del PIB latinoamericano, concentra casi el 8% del total de salidas ilícitas de América Latina y el Caribe y es el tercer país de la región con mayor volumen de estos flujos. El primer puesto corresponde a México, con US$48.000 millones, y el segundo al Brasil, que en 2013 se acercó a los US$18.000 millones. Estas cifras suponen que ambos países generan el 48% y 18%, respectivamente, del total de salidas financieras no registradas de la región. Después, y pese a lo pequeño de su economía, está Costa Rica.

A ellos les siguen Chile, la Argentina y Colombia, que concentran entre el 7% y el 3% del total regional.
Cuando estos flujos financieros ilícitos se miden como proporción del PIB de cada país, varias economías centroamericanas destacan entre las de mayor magnitud.
Sobresale Costa Rica, con un 15,8 % del PIB (del que el 12,4 % se debe a un solo sector, el de semiconductores), pero estas corrientes ilícitas también son significativas en El Salvador, Guatemala y Nicaragua, con valores cercanos o superiores al 2,5% del PIB.
En Guyana y México, las salidas ilícitas de capital representaron el 5,3% y el 3,8% del PIB en 2013, respectivamente.
En los casos de Costa Rica y México, la elevada magnitud de las salidas financieras ilícitas se relaciona con la inserción de estos países en cadenas mundiales de valor -como la producción de semiconductores en el primero y de máquinas eléctricas y vehículos motorizados en el segundo-, donde las transacciones entre partes relacionadas son muy significativas.
En general, los resultados subrayan la gran importancia de las transacciones intrafirma respecto de las salidas de capital. Los productos que generan las discrepancias más destacadas suelen ser objeto de comercio entre entes de la misma firma.