Por revistaeyn.com
En un contexto de creciente incertidumbre en el comercio global, Chile y Colombia han emergido como motores de una nueva estrategia comercial en América Latina, marcada por iniciativas de diversificación y apertura a mercados no tradicionales.
Según EBC Financial Group, estas dos economías líderes están redefiniendo el manual comercial de la región al combinar recursos naturales, políticas proactivas y alianzas estratégicas con potencias emergentes .
Por un lado, Chile, conocido como el “Triángulo del Litio” y principal exportador mundial de cobre, ha aprovechado el fuerte repunte de precios de este metal —que en 2025 superaron los US$5 por libra— para triplicar sus expectativas de crecimiento económico. Al ratificar un acuerdo con la Unión Europea y proyectar negociaciones comerciales con Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur, Filipinas e India, el país trasandino está rompiendo el duopolio exportador tradicional que mantenía con Estados Unidos y China.
Esta estrategia no solo consolida su liderazgo en materias primas, sino que también refuerza su atractivo como destino de inversión extranjera directa (IED), situándolo en el puesto 22 del Índice de Libertad Económica, ligeramente por encima de naciones como Estados Unidos.
Además, la estabilidad macroeconómica y las reformas estructurales impulsadas por Santiago han reforzado la confianza de los traders e inversionistas: las acciones del Banco de Chile, por ejemplo, han registrado un alza del 36 % en respuesta a un entorno favorable de mercado.
"Más allá de su riqueza en recursos, Chile está apostando por sectores de vanguardia como el hidrógeno verde y centros de datos energéticamente eficientes, consolidando un modelo de desarrollo que trasciende la explotación extractiva", señal el reporte de EBC Financial Group.
En paralelo, Colombia ha dado un giro igualmente significativo con un enfoque multilateral que trasciende su tradicional dependencia de Estados Unidos, principal destino del 32.3 % de sus exportaciones.
En el primer trimestre de 2025 sus exportaciones no mineras crecieron un 24.7 %, mientras su adhesión a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China marca una apertura sin precedentes hacia nuevas fuentes de inversión e infraestructura.
La participación en la BRI no solo garantiza mercados adicionales para productos agrícolas y café, sino que también promete desembolsos millonarios para proyectos de energía limpia, con Europa comprometiéndose a invertir US$78.000 millones en el sector.
No obstante, Bogotá enfrenta retos como la inflación persistente y el aumento de la deuda pública, factores que podrían moderar su ritmo de crecimiento. Según expertos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la clave estará en mantener disciplina fiscal y mejorar el clima de negocios para consolidar el impulso actual.
En conjunto, Chile y Colombia están trazando una ruta de diversificación que sirve de modelo para otras economías latinoamericanas. Al multiplicar sus alianzas, reforzar sus entornos de inversión y apostar por sectores innovadores, estos países evidencian que la adaptación y la visión estratégica pueden transformar desafíos globales en oportunidades de crecimiento.
El “nuevo manual comercial” de América Latina ya no solo se escribe con commodities tradicionales, sino con acuerdos multilaterales, políticas públicas sólidas y un claro enfoque en el futuro de las energías y tecnologías verdes.