Por revistaeyn.com /Agencias
Es un país en vilo ante un resultado incierto. Tegucigalpa amaneció este lunes sumida en expectativa y tensión, tras conocerse que los dos candidatos derechistas mejor posicionados, Nasry Asfura y Salvador Nasralla, se encuentran en un empate técnico que mantiene en suspenso el desenlace de las elecciones generales.
Con el 57 % de las actas escrutadas, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, informó que la diferencia entre ambos es de apenas 515 votos, un margen que obliga a un escrutinio manual para determinar al ganador en un país atravesado por profundas fracturas políticas y sociales.
El CNE anunció además la finalización del sistema TREP, aunque aclaró que el avance del recuento continuará publicándose en su sitio web. La ajustada competencia refleja un giro a la derecha en el escenario político hondureño, uno de los más golpeados por la pobreza y la violencia en la región.
Nasralla se proyecta ganador según sus propios sondeos
A pesar de la desventaja mínima en el conteo oficial, Salvador Nasralla aseguró en la red social X que, según encuestas internas de su partido, él se proyecta como ganador con 44,6% de los votos, frente a 39,8% que atribuye a Asfura. El candidato del Partido Liberal matizó que “no” se están “declarando ganadores”, pero sus declaraciones profundizan el clima de incertidumbre.
La izquierda no se retira: Rixi Moncada denuncia injerencia y manipulación.
En un escenario dominado por los dos candidatos conservadores, la aspirante del Partido Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, afirmó que la elección “no está perdida” para su proyecto político. Desde una rueda de prensa, denunció una “trama electoral” alimentada por el bipartidismo, que –según sostuvo– habría adulterado tanto el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) como la biometría utilizada en el proceso.
Moncada también volvió a señalar lo que calificó como “injerencia extranjera imperial y directa” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a quien acusó de intervenir políticamente al anunciar el “perdón absoluto” al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado por narcotráfico en EE.UU.
La candidata sostuvo que Trump la ha “condenado y amenazado” públicamente, etiquetándola como comunista y asegurando que “la gente inteligente de Honduras la rechazaría”.
Pese a ello, reafirmó que no se rendirá y que seguirá “del lado del pueblo”, defendiendo la soberanía, la autodeterminación y la no injerencia.
Trump presiona: “Habrá consecuencias graves”
El presidente Donald Trump elevó aún más la tensión política al advertir que podría haber “consecuencias graves” si Honduras intenta “cambiar” los resultados electorales. Desde su plataforma Truth Social, el mandatario estadounidense —que respalda abiertamente a Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional (PN)— amenazó con recortar la cooperación con el país centroamericano si su favorito no resulta vencedor.
Trump acusó a Nasralla de ser “casi comunista” debido a su pasado en el gobierno de la expresidenta Xiomara Castro, de izquierda, pese a que el animador televisivo rompió posteriormente con ella.
Un desenlace abierto y un país en tensión
Con el escrutinio en curso y sin un vencedor claro, Honduras entra en una fase política delicada. La combinación de un resultado extremadamente cerrado, denuncias de manipulación, tensiones geopolíticas y un pronunciamiento inusualmente directo de Washington configura un escenario incierto.
Mientras el país espera los resultados finales, crece la percepción de que cualquier desenlace podría ser impugnado por alguna de las fuerzas en disputa, lo que anticipa días —o semanas— de intensa negociación, presión internacional y desconfianza ciudadana.