Por Lorena Álvarez – Revista Estrategia & Negocios
Alejandro Giammattei comienza el año final de su mandato conservando la estabilidad en los principales indicadores económicos.
Guatemala ha mantenido un rumbo consistente pese a los efectos derivados por la pandemia del COVID- 19, el aumento del precio del petróleo y materias primas, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y las amenazas de una recesión global.
Tras una caída de 1,8% en 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 8% en 2021, cifra que se atribuye a la recuperación del impacto del primer año de la pandemia, para volver en 2022 al nivel de crecimiento histórico del país con una tasa del 4% y anticipar para el 2023 un rango entre 2,5 y 4,5%, es decir una media de 3,5%. Pese al complejo panorama internacional con niveles altos de inflación y el aumento de las tasas de interés, Álvaro González Ricci, presidente del Banco de Guatemala (Banguat) y exministro de Finanzas Públicas mantiene la confianza en el desempeño de la economía y los esfuerzos por atraer inversiones y generar empleos.
El comportamiento del crédito bancario al sector privado, de las remesas familiares —más de US$18.000 millones en 2022— y los ingresos obtenidos por la administración tributaria muestran el dinamismo que tuvo la economía el año anterior.
No obstante, la inflación cerró 2022 con 9,24%, con una marcada incidencia en los precios de los combustibles y alimentos, para 2023 el banco central espera que el ritmo inflacionario converja en los niveles meta de un rango entre 3% y 5%, a decir de González Ricci.
¿PAUSA POR LAS ELECCIONES?
Sin embargo, no solo el escenario externo es desafiante para la economía guatemalteca. Este año se suma el reto de la incertidumbre generada por las elecciones generales.
David Casasola, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), afirma que en Guatemala todos los actores deberán actuar con responsabilidad para evitar que escale la conflictividad como ha ocurrido en otros países de la región.
Este clima de incertidumbre pausará las inversiones hasta que exista claridad de quién ocupará la silla presidencial, comenta Casasola. Según el calendario electoral la primera vuelta se realizará el 25 de junio, y si es necesaria una segunda convocatoria a las urnas será el 27 de agosto, para asegurar el relevo de las máximas autoridades del país el 14 de enero de 2024.
“Esperamos que admitan la participación de todos los candidatos para que los guatemaltecos puedan elegir libremente con su voto”, dice por su lado Luis Alfonso Bosch, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG).
Para el Banguat los procesos electorales no suponen riesgos y confía en que el presupuesto aprobado de Q115,4 millardos para la ejecución pública impulse la economía.
¿QUÉ HAY EN LA AGENDA ELECTORAL?
David Casasola, del CIEN, identifica al desempleo y los ingresos como las principales preocupaciones de los guatemaltecos, previo a las elecciones presidenciales.
El Banguat analiza que la clave para generar empleos reside en agilizar los proyectos de infraestructura.
Por ejemplo, la Reconstrucción de la deteriorada red vial triplicaría los puestos de trabajo que actualmente se destinan a esta área.