Por revistaeyn.com
Una posible presidencia de Donald Trump podría plantear importantes desafíos comerciales a la Unión Eurepa, particularmente si Estados Unidos adopta un enfoque más restrictivo del comercio, la inversión y la política exterior, dice Fitch Ratings.
Un posible aumento de los aranceles tendría inicialmente un modesto impacto negativo en las economías de la UE, pero podría obstaculizar aún más el ya débil crecimiento, como se destaca en el último cuadro de indicadores económicos de Fitch.
Fitch analizó la exposición comercial a posibles aranceles estadounidenses de las cuatro economías más grandes de la UE: Alemania, Francia, Italia y España. Utilizando los grupos de productos del código del Sistema Armonizado (SA), el Tribunal calculó los tipos arancelarios efectivos específicos por producto y país.
Los tipos arancelarios efectivos de las exportaciones a Estados Unidos oscilan entre el 1,0 % y el 2,6 %, siendo Italia la que tiene el tipo más alto, ya que su cesta de exportaciones contiene productos (como prendas de vestir y calzado) que están sujetos a tipos arancelarios individuales más elevados.
“En general, observamos que, en los cuatro países, solo se imponen aranceles elevados a componentes de exportación discretos y de pequeño valor, mientras que los grupos de productos con la mayor participación en la cesta de exportaciones se enfrentan a aranceles mínimos o nulos”, dice la agencia.
El impacto potencial del aumento de los aranceles se calculó a tipos hipotéticos del 10 %, 15 % y 20 % para todas las categorías, suponiendo que toda la carga arancelaria se traslade a los exportadores europeos.
El efecto del PIB sería más significativo para Alemania (0,3 puntos porcentuales a un tipo arancelario del 10 por ciento), seguido de Italia (0,23 puntos porcentuales), y más moderado para Francia (0,17 puntos porcentuales) y España (0,11 puntos porcentuales), excluyendo los efectos indirectos.
Los aranceles estadounidenses exacerbarían los desafíos de crecimiento existentes en Europa, particularmente para la economía alemana orientada a la exportación, que ya enfrenta cambios cíclicos y estructurales. Esto podría afectar negativamente al crecimiento de la eurozona y ampliar la brecha de rendimiento económico con Estados Unidos.
El riesgo adicional de crecimiento también podría tensar las finanzas públicas, lo que dificultaría el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda.