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Las acciones de Castillo Hermanos para romper el ciclo de la desnutrición en Guatemala

Para transformar positivamente cada uno de los determinantes que causan la desnutrición, Guatemaltecos por la Nutrición creó un protocolo holístico que define cinco ejes de trabajo para reducir los índices de este flagelo que afecta a gran parte de la población infantil guatemalteca.

2024-08-02

Por Alejandra Ordóñez - Estrategia & Negocios

Con apenas 1 año y 9 meses, Lhea Saraí, originaria de la aldea El Chalum, La Libertad, Huehuetenango, llegó en 2023 al programa Guatemaltecos por la Nutrición, referida por el Hospital Nacional San Pedro Necta. Su estado era preocupante, desde 2022 había sido recibida por la unidad médica de su localidad debido a su escaso peso y constantes diarreas.

Cuando Guatemaltecos por la Nutrición tuvo el primer contacto con Lhea Saraí, la pequeña estaba hospitalizada por su condición, ya que se le había diagnosticado portadora de una de un peligroso parásito, dadas las condiciones insalubres en las que vivía a causa del nivel de pobreza que afecta a su familia. Luego de casi tres meses hospitalizada, su pronóstico seguía siendo crítico y su vida estaba en riesgo. Fue entonces cuando el programa social de Castillo Hermanos tomó su caso y empezó un proceso de recuperación en el que además de atención médica, se trabajó con la familia de la menor para cambiar las condiciones de habitalidad.

Hoy, después de nueve seguimientos, Lhea Saraí se encuentra sana. “Del 100 % de niños inscritos en el programa, menores de 5 años con desnutrición aguda, ya recuperamos al 86 %”, asegura José Silva, Director Ejecutivo de Guatemaltecos por la Nutrición.

La iniciativa forma parte de las acciones de Responsabilidad Social Empresarial impulsadas por Castillo Hermanos, que tienen como objetivo disminuir la prevalencia de desnutrición crónica y erradicar la mortalidad por desnutrición aguda en los municipios de intervención.

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De acuerdo con Silva, al analizar lo trabajado anteriormente en materia de RSE, se determinó que los proyectos de la compañía estaban enfocados hacia el asistencialismo, a través de entrega de alimentos, por ejemplo.

La decisión fue demarcarse de esta dinámica con Guatemaltecos por la Nutrición, convencidos que el flagelo de la desnutrición crónica y aguda “solo se va a poder vencer en la medida que las comunidades generen condiciones de crecimiento a lo interno -en lo económico y en lo biológico- y al mejorar sus condiciones de habitabilidad”.

De esta manera, a finales del 2022 Castillo Hermanos lanzó Guatemaltecos por la Nutrición y, en 2023 inició operaciones con el primer Campamento de Nutrimóviles en La Libertad, La Democracia y Cuilco en Huehuetenango, con una inversión inicial de US$15 millones.

El programa funciona con base a cinco ejes: Atención Primaria en Salud, Soporte Nutricional, Agua y Saneamiento Ambiental, Acceso a Alimentos y Fortalecimiento de la Economía Familiar, los cuales funcionan como engranaje para lograr un cambio social y de comportamiento que garantizará romper con el ciclo de desnutrición.

SALUD Y DESARROLLO

Silva refiere que Castillo Hermanos buscaba implementar el programa en una zona que estuviera afectada por la desnutrición crónica y aguda, pero que tuviera la posibilidad de generar oportunidad de crecimiento a la población.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil, los tres departamentos con mayor afectación de niños menores de 5 años con desnutrición crónica en Guatemala son: Totonicapán (80 %), Quiché (79 %) y Huehuetenango (78 %), siendo este último el elegido para la implementación del programa.

“Uno de los municipios en los que trabajamos, La Democracia, tiene el índice más alto de desnutrición aguda de los 33 municipios de Huehuetenango”, resaltó Silva.

En la primera fase de intervención, el programa atiende la salud de las familias inscritas, como parte de sus ejes de Atención Primaria en Salud y Soporte Nutricional, con el fin de contrarrestar los determinantes biológicos que afectan la salud de las personas (infecciones, fiebres, mal control durante el embarazo, falta de control prenatal, de suplementación, de desparasitación, de esquema completo de vacunación, así como enfermedades autoinmunes durante la infancia).

“Una vez que empezamos a mejorar la salud de las personas, pasamos al segundo grupo de factores, que son los determinantes ambientales que los enferman”, dijo el director del programa.

Según los datos recopilados en los primeros seis meses de ejecución, las enfermedades de más alta prevalencia en niños menores de 5 años, eran las gastrointestinales (parasitosis y amebiasis).

“Debíamos conocer qué factores ambientales imperan en sus hogares. Encontramos que entre el 30 % y 35 % de los niños presentan enfermedades asociadas a la calidad del agua. Levantamos una muestra de la calidad del agua y detectamos que de los 86 sistemas de agua que surten a las comunidades de la zona, el 91 % tienen bacterias coliformes”, puntualizó Silva.

Por último, la tercera fase tiene como objetivo mejorar los determinantes económicos de las familias beneficiarias.

Tenemos la misión de salir de cada comunidad habiendo generado cadenas productivas a distintas escalas. Por ejemplo, le apostamos a generar movimientos de emprendimiento que empiezan con la generación de una organización comunitaria para el crecimiento, a través de grupos de ahorro, de autogestión y crédito”.

El directivo revela que a través del programa se han creado 19 grupos, que ya se están acercando a los US$10.000 de ahorro y a los que se les apoya en materia de educación financiera

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