Por revistaeyn.com
Durante años, una recomendación ha dominado las conversaciones sobre desarrollo profesional: definir con precisión dónde se quiere estar en cinco años. Sin embargo, para Ryan Roslansky, director ejecutivo de LinkedIn, ese consejo ya no encaja con la realidad actual del mercado laboral.
En un entorno marcado por cambios tecnológicos acelerados y transformaciones constantes en la forma de trabajar, aferrarse a planes rígidos a largo plazo puede resultar poco realista e incluso contraproducente.
Roslansky, que observa a diario miles de consejos profesionales circular en la red social que dirige, considera que intentar trazar con exactitud el rumbo de los próximos cinco años es una visión desfasada.
En una reciente conversación con la creadora de contenido Erin McGoff, explicó que hoy resulta casi imposible anticipar cómo evolucionarán los empleos, las industrias y las habilidades más demandadas. Por eso, insistió en que pensar la carrera como una línea recta ya no refleja lo que ocurre en la práctica.
En lugar de perseguir un itinerario cerrado, el ejecutivo propone un enfoque más flexible: concentrarse en lo que se desea aprender y en las experiencias que se quieren acumular. Según su perspectiva, este “mapa mental” permite avanzar paso a paso, abriendo oportunidades que muchas veces no se ven desde el inicio. La clave, dice, está en priorizar el aprendizaje continuo y la adquisición de nuevas competencias, más que en cumplir un calendario preestablecido.
Roslansky también cuestiona la narrativa tradicional que sugiere una secuencia casi automática: estudiar, ingresar a una universidad específica, trabajar en una consultora, cursar un MBA y escalar posiciones. Para la mayoría de las personas, esa trayectoria no se cumple.
Aceptar que no existe un guion único libera a los profesionales para tomar decisiones propias y asumir el control de su desarrollo. En este escenario, nadie diseña la carrera por uno: cada persona debe asumir ese rol.
Al referirse a los jóvenes que hoy inician su vida laboral, el CEO de LinkedIn subraya la importancia de familiarizarse con las herramientas digitales, en especial con la inteligencia artificial. Recomienda experimentar, probar cómo estas tecnologías pueden facilitar tareas cotidianas, desde preparar presentaciones hasta mejorar mensajes de marketing.
Más allá de si la herramienta termina siendo ideal o no, el ejercicio de aprender a usarla y adaptarla al trabajo diario es, a su juicio, fundamental.
No obstante, Roslansky advierte que el éxito profesional no depende solo de dominar tecnología. Habilidades humanas como la empatía, el criterio y la comunicación siguen siendo esenciales. En un contexto donde muchos concentran su atención únicamente en lo digital, fortalecer estas capacidades puede convertirse en un factor diferenciador decisivo.
Así, la carrera del futuro no se construye con planes rígidos, sino con curiosidad, aprendizaje constante y una combinación equilibrada de tecnología y humanidad.
Con información de CNBC