Por revistaeyn.com
El dominio del dólar estadounidense en el comercio global ha sido la norma durante décadas, pero en los últimos años, varias naciones han comenzado a desafiar este orden establecido.
En un intento por fortalecer sus economías y disminuir la influencia financiera de Estados Unidos, varios países de Europa impusieron restricciones al uso del dólar en distintos ámbitos.
Algunas naciones ya limitaron su circulación, marcando un cambio en la dinámica económica del continente como Rusia desde 2022, ha prohibido activamente transacciones en dólares en varios sectores; Bielorrusia ha restringido el acceso a dólares en su sistema financiero; Hungría ha reducido su dependencia del dólar en operaciones comerciales; Serbia ha comenzado a priorizar el euro y el rublo en sus acuerdos comerciales y Turquía ha impuesto restricciones a su uso en transacciones estatales y comerciales.
En total son 11 países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) los que han decidido reducir drásticamente su dependencia del dólar, marcando un hito en la tendencia de desdolarización que avanza a nivel mundial.
Fuera de Europa, otros países adoptaron medidas aún más estrictas para restringir el uso del dólar, como China, que ha promovido acuerdos comerciales en yuanes y prohibido ciertos pagos en dólares; debido a sanciones económicas, Irán ha eliminado oficialmente el dólar de sus transacciones; Venezuela ha impulsado un sistema financiero basado en el bolívar y otras monedas aliadas y Corea del Norte: prohíbe completamente el dólar en su economía, promoviendo el uso exclusivo de su moneda local.
A medida que más países decidan utilizar sus propias monedas o divisas alternativas, la influencia económica de Estados Unidos en el ámbito internacional disminuirá. Esto afectará tanto a las economías de la CEI como a los mercados internacionales en general.
El sistema financiero global, tal y como lo conocemos, ha estado dominado por el dólar durante más de medio siglo. El cambio hacia una menor dependencia de esta moneda puede ser un desafío para los mercados internacionales, que han estructurado gran parte de su comercio y reservas en torno al dólar.
La creciente adopción de monedas locales o divisas alternativas podría llevar a la creación de un sistema financiero más multipolar, donde el dólar ya no sea la única moneda dominante. Sin embargo, esto también implica desafíos, ya que muchos países todavía dependen de la estabilidad del dólar para sus reservas y transacciones internacionales.
Con información de iProup