Elaine Miranda Vela - Columnista E&N
En estos tiempos, hablar de transformación financiera suena a inteligencia artificial, apps ultramodernas y procesos sin papeles. Todo eso está bien, es parte del avance. Pero, hay algo que muchas veces se deja fuera de la conversación: el poder que tiene la educación financiera para transformar no sólo la relación con el dinero, sino la relación entre los bancos y sus clientes.
Desde hace más de una década, en Plata con Plática hemos acompañado a miles de personas a entender mejor su dinero. Lo hemos hecho en empresas de todo tipo y tamaño, y también respondiendo una enorme cantidad de dudas que recibimos todos los días en nuestras redes. Y si hay algo que nos queda claro es esto: muchas veces, la gente no necesita un nuevo producto bancario, necesita entender el que ya tiene.
Cuando un cliente no sabe cómo funciona una tarjeta de crédito, firma sin leer un contrato de préstamo o no tiene idea de por qué se le cae el flujo de caja cada mes, no está tomando decisiones informadas. Y eso, a largo plazo, afecta tanto a la persona como al banco. Porque un cliente desinformado es un cliente sobreendeudado, frustrado, que probablemente terminará cayendo en mora o abandonando la relación con su banco.
BANCA Y SALUD FINANCIERA
La banca y la salud financiera van de la mano. Un banco que educa, acompaña y transparenta sus productos no sólo fideliza al cliente, también reduce su riesgo financiero. Es una relación donde todos ganan.
El modelo actual, en muchos casos, está roto. Hay productos diseñados más para generar ingresos por comisiones que para ayudar al cliente a progresar. Esto no es una crítica destructiva, sino una invitación a reflexionar: ¿qué pasaría si las entidades financieras pusieran al cliente en el centro, no sólo como consumidor, sino como ser humano que necesita orientación?
Hay formas concretas en las que un banco puede mejorar la vida financiera de sus usuarios:
• Alertas personalizadas que ayuden a controlar el gasto.
• Acompañamiento en procesos de crédito, explicando condiciones y riesgos.
• Talleres presenciales o virtuales sobre manejo del dinero.
• Contenidos digitales útiles y aplicables.
• Diagnósticos financieros y recomendaciones reales (no solo venta cruzada disfrazada de asesoría).
Y cuando eso pasa, lo vemos con claridad: el comportamiento financiero cambia, las decisiones mejoran y la relación banco-persona se vuelve más cercana y sana.
En Plata con Plática lo hemos vivido. Cuando trabajamos con empresas y educamos a sus colaboradores, no sólo mejora el bienestar de la gente: también mejora su relación con los bancos. Empiezan a usar productos financieros con más conciencia, hacen preguntas que nunca antes se habían hecho, comparan opciones, entienden los plazos, los intereses, las consecuencias de cada decisión. Es como si encendieran la luz en un cuarto que antes estaba oscuro.
Y eso no sólo beneficia a la persona. También beneficia a la institución financiera. Un cliente educado es un cliente que sabe elegir, que se compromete, que tiene menos riesgo de caer en mora, que valora la transparencia y que probablemente se quedará por más tiempo.
A veces me preguntan: “¿Cómo puede un banco ayudar a que sus clientes sean financieramente más sanos?” Mi respuesta es simple: empiecen por hablarles como personas, no como cuentas por cobrar. Expliquen con palabras claras, acompañen sin juzgar, ofrezcan herramientas reales, creen espacios para que pregunten y aprendan. Porque un contrato firmado no significa necesariamente un producto entendido.
La educación financiera es, posiblemente, la innovación más humana y necesaria que la banca podría abrazar en este momento. No requiere millones en tecnología, pero sí voluntad, empatía y compromiso.
Si queremos una banca del futuro más sólida y más sostenible, debemos empezar por fortalecer lo más básico: el conocimiento. Porque una persona que entiende su dinero, es una persona que puede confiar. Y cuando hay confianza, hay relación para rato.
*La autora es experta financiera, conferencista internacional, autora del Libro “Mujeres y Finanzas” y fundadora de la plataforma de Educación Financiera Plata con Plática, la plataforma más leída de Nicaragua.