Por revistaeyn.com
Los indicadores de calidad de activos de los bancos en América Latina seguirán bajo presión debido a las tasas de interés persistentemente altas y a las condiciones económicas débiles, aunque mitigadas por las conservadoras estrategias de crecimiento, señala el Monitor de las instituciones financieras en América Latina para el cuarto trimestre de 2024 de S&P Global Rating.
“Esperamos que las altas tasas de interés y el deslucido contexto económico sigan presionando los indicadores de calidad de activos de los bancos en América Latina, parcialmente compensados por la implementación de estrategias de crecimiento conservadoras”, dice la agencia.
Además, esperan que el crecimiento del crédito se recupere lentamente en 2025, pero seguirá siendo más débil que los niveles históricos.
Es probable que los bancos sigan aplicando prácticas de originación conservadoras, dado el lento ritmo de estabilización de la calidad de los activos.
“La demanda de crédito aumentará en el sector corporativo una vez que las tasas de interés caigan a niveles más accesibles. Sin embargo, es probable que los bancos sigan enfocándose en segmentos con mayor calidad crediticia y en préstamos garantizados para mejorar sus indicadores de calidad de activos”, apuntya S&P.
Las provisiones de los bancos de América Latina probablemente sigan siendo elevadas, lo que afectará la rentabilidad. Sin embargo, el desempeño operativo debería seguir siendo sólido gracias a los márgenes más altos de los bancos que aquellos en sus países pares. Los bancos en la región seguirán operando con niveles sólidos de capitalización y liquidez.
Una rentabilidad saludable, gracias a la combinación de negocios diversificada y a niveles considerables de bonos gubernamentales con altos rendimientos y márgenes, permiten a los bancos resistir ciclos de crédito y pérdidas crediticias más amplias.
Además, las tasas de interés más bajas comprimirán los márgenes de los bancos en América Latina en general y la rentabilidad y el desempeño operativo deberían seguir siendo sólidos en comparación con los de sus pares internacionales, gracias a márgenes aún saludables (y a indicadores de calidad de activos en recuperación).
Las perspectivas negativas actualmente representan 15% del total de las calificaciones de los bancos en la región, una disminución con respecto a 30% en la publicación anterior, principalmente entre bancos colombianos y panameños.
