Instalada en 2007, la CICIG es una misión sin precedentes de la Naciones Unidas por su mandato especial: colaborar en las investigaciones para desmantelar las estructuras del crimen que han copado a este país centroamericano.
Las siguientes son cinco claves para entender a esta comisión:
¿Qué es la CICIG?
La Comisión fue creada para 'apoyar, fortalecer y coadyuvar' a las instituciones estatales en las investigaciones para desarticular cuerpos ilegales y clandestinos incrustados en el Estado, a menudo ligados con el crimen organizado y el narcotráfico, que convirtieron a Guatemala en el reino de la impunidad.
¿Por qué una CICIG?
La Comisión nace por la presencia de grupos violentos que amenazan a defensores de derechos humanos y operadores de justicia desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1996, que pusieron fin a la guerra civil entre las fuerzas del Estado y las guerrillas izquierdistas.
¿Quién dirige la Comisión?
El titular de la CICIG es el exmagistrado colombiano Iván Velásquez, quien se ha ganado el título de 'héroe' que le otorgaron sectores de la población que celebran las últimas investigaciones que han involucrado a altos funcionarios y políticos opositores en actos de corrupción.
Antes de Velásquez dirigieron la Comisión el magistrado español Carlos Castresana (2007-2010) y el exfiscal costarricense Francisco Dall'Anese (2010-2013).
¿Cómo se organiza y se financia?
La CICIG es independiente del gobierno de Guatemala 'desde el ámbito político, organizacional y financiero'. Su financiamiento se basa a donaciones de la cooperación internacional y cuenta con unos 150 funcionarios, la mitad de ellos extranjeros.
¿Cuáles son sus principales golpes a la corrupción?
El fraude en las aduanas, revelado en abril pasado, es el caso insignia de la CICIG contra la corrupción. Según las pesquisas, la estructura se dedicaba a cobrar sobornos a empresarios para evadir impuestos, y era dirigida por el ahora prófugo Juan Carlos Monzón, entonces secretario privado de la renunciante vicepresidenta Roxana Baldetti.
Un mes después, el presidente del Seguro Social, Juan de Dios Rodríguez, un hombre muy cercano a Pérez, fue detenido por haber firmado un contrato anómalo en la entidad con una empresa farmacéutica.
Luego en julio fue arrestado Gustavo Martínez, yerno de Pérez y quien se desempeñó como secretario general de la presidencia en el actual gobierno, por cargos de tráfico de influencias para favorecer a una empresa de energía.
El látigo de la CICIG también alcanzó a políticos opositores como el candidato vicepresidencial Edgar Barquín, del derechista partido Libertad Democrática Renovada (Líder), a quien se le involucró en una trama de lavado de dinero desde 2008.
En sus ocho años de funcionamiento, destacan otros éxitos como la captura del expresidente Alfonso Portillo (2000-2004), quien fue condenado en Estados Unidos por lavado de dinero desviado de fondos públicos. En febrero pasado recuperó su libertad.
Otro hito fue el esclarecimiento del asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg, el 10 de mayo del 2009, quien días antes grabó un video en el que acusaba al expresidente Alvaro Colom (2008-2012) de ordenar su muerte.
Según la CICIG, el abogado, sumido en la depresión por la muerte de su novia y su madre, había planificado su propio asesinato.
Además, cuando se instaló la CICIG la impunidad en el país alcanzaba 98% de los casos que llegaban a los tribunales. Desde su instalación bajó a 70%, según las autoridades.