Aunque en los últimos años Nicaragua ha logrado reducir drásticamente los índices de pobreza, el estudio Panorama Social en América Latina refleja que el país ha tenido poco avance en el gasto social como porcentaje del Producto Interno Bruto y se ubica entre los más bajos de la región.
El informe publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revela que el gasto social por persona asciende a menos de US$300 anuales, similar al de Bolivia, Guatemala y Honduras, pero manteniéndose como el más bajo del Istmo.
Este nivel de gasto contrasta con el que tienen países como Costa Rica, el que se acerca a los US$2.000 o el promedio de América Latina, que se ubica en US$1.841 en el periodo 2013-2014.

Infografía: laprensa.com.ni
En el marco de la presentación de este estudio, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, dijo: "Si queremos lograr el primer Objetivo de Desarrollo Sostenible, que llama a poner fin a la pobreza en todas sus formas, América Latina debe generar más empleos de calidad, con derechos y protección social, cautelar el salario mínimo y proteger el gasto social, que muestra una merma en su ritmo de crecimiento".
Bárcena recomendó a los gobiernos de la región "explorar nuevas fuentes y mecanismos fiscales de financiamiento que hagan sostenible la política social y los avances alcanzados en el último decenio".

Productores de migrantes
El estudio también desvela que después de El Salvador, Nicaragua es la nación en el istmo con el más alto porcentaje poblacional residiendo en el exterior. Según el estudio de la Cepal, que se publica cada año, al menos el 10 % de la población nicaragüense reside en el exterior, el segundo nivel más alto.
"Los grandes volúmenes de población que ha emigrado tienen impactos demográficos significativos: modifican el tamaño de las poblaciones de origen y destino y, dada su selectividad, afectan la estructura por edad y la composición por sexo, generalmente reduciendo la población económicamente activa y la duración del bono demográfico de los países que pierden población", según el estudio.
Entre los efectos económicos, destacan el aporte de las remesas de los emigrantes a las comunidades de origen, el papel de los emigrados y retornados en la incorporación de capacidades empresariales y tecnologías, y la contribución de los inmigrantes a la reproducción social y económica de las sociedades de los países de recepción".