Por Leonel Ibarra - estrategiaynegocios.net*
La noticia de que El Salvador será la sede de la próxima edición de Miss Universo a finales de 2023 ha causado sorpresa en el país y reacciones en las redes sociales tanto a favor como en contra.
Fue el propio presidente de la República (algo inusual), Nayib Bukele, quien dio el anuncio en un video transmitido poco antes de la finalización de la edición 71ª celebrada la noche del sábado 14 de enero en Nueva Orleans, Estados Unidos.
“Queremos agradecer a la organización de Miss Universo por acompañarnos en este proceso histórico. El Salvador está cambiando y queremos que vengan a vivirlo”, dijo al final de su breve participación.
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Este sería el primer concurso internacional de belleza que organizaría El Salvador en el tiempos recientes y se suma a una serie de eventos mundiales que ha sido sede en los últimos años como torneos de surf, de fútbol playa y está próximo a ser la sede de los Juegos Centroamenos y del Caribe en junio.
La atracción de turistas es una de las principales apuestas del Gobierno actual. Durante el 2022, El Salvador logró recuperar el 96 % del turismo pre pandemia e ingresaron al país 2.5 millones de visitantes que dejaron en divisas durante su estadía US$2.646 millones, lo que significó un crecimiento del 50 % con respecto a 2019.
Sin duda el rubro más beneficiado para un país que adquiere la sede del concurso de belleza es el turismo. En la transmisión internacional del evento, el país sede tiene 20 minutos para mostrar sus mejores lugares, su culinaria, la hospitalidad de su gente y sus conexiones aéreas y carreteras para llegar.
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Además, se calcula que, en cada certamen, entre 500 a 800 comunicadores de medios internacionales viajan a cubrir el certamen que es transmitido en 165 países y es visto por más 500 millones de personas.
Costos del proyecto
Pero todo tiene un costo. Desde octubre de 2022, el certamen es propiedad de la billonaria transexual Anne Jakrajutatip, originaria de Tailandia, y su empresa JKN Global Group Public Company Limited.
Esta compañía vende los derechos de ser sede y el país, junto con empresas patrocinadoras, debe correr con una serie de gastos en alojamiento, transporte, alimentación, escenarios, equipos de transmisión, promoción, shows, dependiendo de la magnitud de infraestructura con que cuente.
Para tener una idea de cuánto podría gastar el El Salvador en la realización, el empresario Chavit Singson, de la empresa LCS, y los patrocinadores del concurso, gastaron alrededor de US$15 millones para organizar el concurso en enero de 2017 en Manila, Filipinas.
Según el periódico New Yorker, en Rusia invirtieron el equivalente a US$20 millones para el certamen de 2013 y en Sao Paulo, Brasil, se gastaron unos US$17 millones en 2011.
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Dominicana dice ‘NO’
República Dominicana desistió de competir por ser sede del certamen en 2023 porque tenía que pagar US$10 millones para montar el Miss Universo 2022 (realizada en enero pasado, por retraso de planificación).
Las declaraciones las dio a Diario Libre el Ministerio de Turismo, institución que esclareció los comentarios y especulaciones que circularon en redes sociales, sobre la negativa del país a montar el evento.
El Salvador, al igual que el resto de las economías mundiales, experimentará en 2023 una desaceleración de su crecimiento del PIB (las proyecciones de CEPAL, Banco Mundial y FMI vaticinan que rondará entre el 1,6 % y 2 % comparado al año pasado), además de tener una brecha fiscal de US$472.4 millones, próximo el pago de US$604 millones de un eurobono y un nivel de endeudamiento público equivalente al 81,6 % del PIB.
Tomando en cuenta este panorama surgen las preguntas: ¿cuánto le costará a los salvadoreños celebrar el certamen de belleza? ¿valdrá la pena realizar este proyecto? ¿generará suficientes rendimientos? Solamente el tiempo dirá si fue una buena inversión.
*Artículo actualizado el 21 de enero de 2023, para agregar las declaraciones de la entidad de turismo de RD
