Por AFP
A corto plazo el país debe seguir luchando por “mantener a los segmentos vulnerables de la población a resguardo de posibles nuevos y fuertes aumentos de precios de los alimentos y de la energía”, afirman en la evaluación periódica que realizan a sus países miembros, conocida como Artículo IV.
A medio plazo los expertos instan a “abrir margen de maniobra fiscal para eliminar brechas sociales y de infraestructura” y “continuar con los esfuerzos ya emprendidos en materia de mejoras de transparencia y gobernanza”.
Las respuestas políticas “rápidas, exhaustivas y coordinadas” frente a la pandemia en 2020 “sentaron las bases para una vigorosa recuperación”, afirman, estimando el crecimiento del PIB real en torno a 8% en 2021, a 4% en 2022 y a un 3,5% a medio plazo.
Esto coloca a la economía guatemalteca en una posición “muy sólida” frente a los desafíos y a una incertidumbre inusualmente pronunciada atribuible a factores externos, como nuevas variantes de covid-19, la inflación, la persistencia de perturbaciones en la cadena de suministro y posibles cambios en la actitud de los inversores frente al riesgo que “podrían provocar un abrupto endurecimiento de las condiciones financieras internacionales”.
La volatilidad de los precios de las materias primas, amplificada por la guerra en Ucrania, “genera nueva incertidumbre y podría acelerar las presiones inflacionarias”, aumentando los precios de bienes de primera necesidad con posibles efectos sobre las poblaciones más vulnerables, advierten.
