Por revistaeyn.com / EFE
La incapacidad de republicanos y demócratas para acordar un presupuesto antes de la fecha límite fijada para este miércoles ha activado un cierre del Gobierno Federal de EEUU que por el momento afecta a servicios no esenciales pero que podría comprometer otras funciones de la Administración Central si se prolonga el bloqueo legislativo.
Los dos partidos tenían hasta las 23.59 hora local del 30 de septiembre, cuando concluía el año fiscal, para aprobar unos fondos que permitieran seguir funcionando plenamente a las agencias del Gobierno.
Este impasse se produce en un contexto de déficits crecientes, una economía que ya muestra grietas y divisiones políticas tan profundas como las que se han visto en décadas.
Nigel Green, director ejecutivo de deVere Group, comenta “Los precios del oro ya han alcanzado máximos históricos a medida que los inversores optan por activos refugio. Los rendimientos de los bonos del Tesoro oscilan, y el historial apunta a caídas durante los confinamientos, pero el rencor político y la preocupación por la deuda podrían impulsarlos al alza esta vez. El dólar estadounidense, que sigue siendo la moneda de reserva mundial, es vulnerable a los cambios en la confianza”.
Hasta el martes, los republicanos solo lograron agenciarse dos de los siete votos demócratas que necesitaban en el Senado para aprobar un paquete de financiación provisional que habría mantenido plenamente operativo al Gobierno otras siete semanas.
Por su parte, los demócratas tampoco lograron los 13 apoyos que requería su propuesta presupuestaria, que destina más financiación para la sanidad y que, al igual que el proyecto de ley republicano, fue rechazada hoy mismo en la Cámara Alta.
La clave reside ahora en cuánto durará esta suspensión parcial de operaciones de las agencias federales, que de momento no afecta a los servicios básicos en el país.
Lo que hace que el inminente cierre sea más preocupante es el contexto: desaceleración del crecimiento mundial, shocks geopolíticos y condiciones monetarias más restrictivas.
“Esto ocurre en un momento en que los inversores ya se enfrentan a un entorno impredecible”, afirma Nigel Green.
¿QUÉ FUNCIONA Y QUE NO POR EL CIERRE DEL GOBIERNO DE EEUU?
Por el momento, este cierre parcial afecta a servicios no esenciales pero podría comprometer otras funciones de la Administración central si se prolonga el bloqueo legislativo.
Pero, “Los inversores no deberían dejarse paralizar por el drama político en Washington, pero sí deberían ser pragmáticos”, afirma Green.
Las fuerzas de seguridad, el ejército, los aeropuertos o la seguridad social seguirán funcionando con normalidad, pero preocupa el hecho de que los funcionarios en estas áreas no cobrarán sus sueldos hasta que las dos bancadas resuelvan sus diferencias en el legislativo y aprueben un presupuesto nuevo.
Los programas y servicios de Medicare y Medicaid también continuarán sin interrupciones, pero sí podrían verse afectados por recorte de personal.
Otras funciones, como las misiones espaciales de la NASA, la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump y ciertas labores de salud pública en la FDA y el USDA, continuarían.
Las actividades del departamento, como brindar protección del Servicio Secreto a Trump, procesar la carga y los pasajeros que ingresan al país y llevar a cabo las operaciones de control migratorio del gobierno continuarán, según el plan.
WALL STREET EN ROJO POR CIERRE PARCIAL DE GOBIERNO EEUU
Los inversores de todo el mundo se ven obligados a reevaluar el riesgo, y esto tiene un efecto dominó en todas las clases de activos y geografías, según deVere Group.
Wall Street abrió este miércoles en rojo después de que en las últimas horas se oficializase el cierre parcial del Gobierno federal en Estados Unidos, pues republicanos y demócratas no fueron capaces de acordar un presupuesto antes de la fecha límite fijada para hoy.
Quince minutos después del toque de campana, el Dow Jones de Industriales caía un tímido 0,02 %, el S&P 500 perdía un 0,17 % y el Nasdaq retrocedía un 0,27 %.
Las acciones bancarias cayeron hoy debido a la preocupación por la desaceleración de la economía tras la suspensión: JPMorgan Chase, Citigroup y Wells Fargo perdieron al menos un 0,7 % cada una.
Sin embargo, a pesar de que el cierre parcial inquieta a los inversores, ayer Wall Street cerró con récord y registró ganancias acumuladas en el mes de septiembre y en el tercer trimestre del año, especialmente en el índice Nasdaq, impulsado por las grandes tecnológicas que lideran el desarrollo de la inteligencia artificial (IA).
NO ES LA PRIMERA VEZ DE ESTE HECHO PARA TRUMP
En el último y más largo cierre parcial del Gobierno Federal en la historia de EE.UU., el que se prolongó durante más de un mes durante el primer mandato de Donald Trump, la decisión de 10 controladores aéreos que pidieron la baja por enfermedad provocó la suspensión temporal de operaciones en el aeropuerto LaGuardia de Nueva York y retrasos en varios otros aeródromos importantes del noreste y sureste del país.
Este caos aéreo acabó desempeñando un papel fundamental para que las dos bancadas lograran un acuerdo para poner fin al cierre de Gobierno en enero de 2019.
Este cierre, comenzó el 20 de diciembre de 2018, después de que republicanos y demócratas no consiguieran un acuerdo para destinar 5.700 millones de dólares a la construcción del muro en la frontera con México prometido por Trump durante su campaña electoral.
La clausura se prolongó durante 35 días y provocó que 800.000 funcionarios no cobrasen sus nóminas. Concluyó el 25 de enero de 2019 tras alcanzarse un acuerdo temporal -sin fondos para el muro- para reabrir el Gobierno, y continuar las negociaciones presupuestarias. Finalmente, Trump declaró en marzo una emergencia nacional para financiar la construcción de la valla fronteriza.
El mandatario republicano ya había sufrido otros dos cierres ese mismo año. El primero duró tres días, entre el 20 y el 22 de enero, y fue motivado por la decisión demócrata de incluir en el presupuesto ayudas a los inmigrantes, especialmente a los que habían llegado al país siendo niños, conocidos como "dreamers".
El tercer cierre, en febrero de 2018, originado por una maniobra del senador Rand Paul, muy beligerante contra el gasto público, duró apenas unas horas, tras las que los congresistas aprobaron el plan presupuestario.
El primer cierre gubernamental del siglo XXI lo sufrió el demócrata Barack Obama y se extendió por un total de 17 días entre el 1 y el 17 de octubre de 2013, originado por la negativa de la mayoría republicana en el Congreso a subir los impuestos a las rentas altas y a implementar la reforma sanitaria de Obama, conocida como "Obamacare".