Centroamérica & Mundo

Nueva legislación limitaría la exportación de café de pequeños productores de Centroamérica

Reglamento de la UE corre el riesgo de excluir del mercado a los agricultores pobres que no tienen los medios para documentar su estatus libre de deforestación.

2024-02-26

Por revistaeyn.com

La Unión Europea (UE) ha introducido una nueva legislación para evitar que las importaciones de productos básicos contribuyan a la deforestación. Uno de los productos afectados es el café, un producto de exportación clave de los países centroamericanos.

El café representa el 14 % y el 52 % de las exportaciones agroalimentarias totales en Guatemala y Honduras respectivamente; y una quinta parte de todo el café exportado por Guatemala y la mitad del café exportado de Honduras están destinados a la UE.

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Por tanto, el nuevo reglamento es muy relevante para estos dos países y, en particular, para sus numerosos pequeños productores de café.

Los importadores de productos en el mercado de la UE (los “operadores”) deberán preparar una declaración de diligencia debida, que incluya geolocalización y fecha del producto, identificación del proveedor e información verificable de que los productos están libres de deforestación y se han producido legalmente. También se espera que los operadores evalúen el riesgo de incumplimiento y muestren pruebas de medidas de mitigación del riesgo.

Dados los complejos mecanismos detrás de la deforestación, un reporte del Banco Mundial (BM) señala que no es sencillo evaluar hasta qué punto el cultivo de café es un impulsor de la deforestación en países como Honduras y Guatemala. Hecha esta salvedad, la superposición de mapas de monitoreo forestal y producción de café indica que, del área total de pérdida de bosque en cada país desde 2000, el 8,3 % y el 12,3 % se ubicaron en áreas cafetaleras de Guatemala y Honduras, respectivamente.

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Estimaciones similares sugieren que sólo una minoría de las áreas cosechadas de café en los dos países pueden no cumplir con el reglamento.

El desafío, sin embargo, radica en el proceso de debida diligencia sobre deforestación-cero solicitado por la UE, que se basaría en sistemas de trazabilidad y de información difíciles de obtener para una cadena de valor fragmentada.

La cadena de valor del café en Honduras y Guatemala está compuesta principalmente por pequeños agricultores pobres: el 90 % de los productores guatemaltecos y el 70 % de los hondureños tienen menos de 2 hectáreas, y alrededor de dos tercios de ellos viven por debajo de los umbrales nacionales de pobreza.

"A pesar de su noble objetivo, a la fecha el reglamento corre el riesgo de excluir del mercado de la UE a los agricultores pobres y mal equipados, que no tienen los medios para documentar su estatus libre de deforestación", advierte el BM.

Por ello, señala que las instituciones públicas de ambos países deberían desarrollar y gestionar sistemas nacionales de monitoreo forestal, seguimiento de áreas de cultivo de café, y registros de fincas que puedan proporcionar mapas confiables y evaluaciones en tiempo real de la escala de deforestación, el uso de la tierra y la ubicación de las parcelas de café.

También recomiendan aumentar la conectividad de los agricultores a través de herramientas digitales y comunicación desde las instituciones sectoriales.

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