Por revistaeyn.com
La generación eléctrica depende en gran medida de los recursos hídricos, clave para las plantas hidroeléctricas y termoeléctricas. Las sequías actuales y la posibilidad de más años secos representan un riesgo importante para el sector, ya que la reducción en ríos y embalses puede limitar la producción, generando escasez, alzas de precios e incluso cortes de energía.
Además, durante la temporada seca aumenta la demanda de agua y electricidad, lo que eleva la presión sobre el sistema, mientras que la época de lluvias también puede presentar dificultades operativas que afectan la continuidad del servicio.
Estas situaciones serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático. Por su situación geográfica, los países de Centroamérica están más expuestos a huracanes, inundaciones y sequías. Los fenómenos climáticos conocidos como El Niño y La Niña no han hecho más que empeorar la situación de la región, donde la producción de energía es aún muy dependiente de fuentes hidroeléctricas.
Los apagones están ocurriendo con mayor frecuencia y gravedad en distintas partes del mundo, reflejando la creciente vulnerabilidad de los sistemas eléctricos ante condiciones extremas.
Esto obliga a los propietarios de viviendas, a las empresas y a los electricistas que les atienden a tomar medidas para implementar sistemas de energía de respaldo para proteger dispositivos, equipos y sistemas críticos. Además, son fundamentales para responder eficazmente a picos de demanda instantánea, asegurando la estabilidad y continuidad del servicio.
Un apagón repentino puede desconectar equipos críticos, afectar las aplicaciones domésticas inteligentes y detener el sistema de punto de venta (POS) en las empresas. Además, es común que se presenten caídas de tensión frecuentes, especialmente en sistemas eléctricos sobrecargados o con infraestructuras envejecidas.
En estos casos, un sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) puede mantener los hogares y las empresas en funcionamiento, incluso cuando se corta la energía. La protección con un SAI es aún más crítica para las pequeñas empresas, porque el freno que imponen las interrupciones energéticas se traduce en clientes insatisfechos y pérdida de ingresos.
Los SAI brindan protección de energía de respaldo y protección contra sobre tensiones, e incorporan una batería que puede alimentar dispositivos electrónicos y electrodomésticos durante un apagón o una caída de tensión, explica Lady Campos, gerente de Desarrollo de Negocios para Centroamérica de Schneider Electric.
Cuando no está en uso, la batería se recarga constantemente, por lo que estará lista para funcionar cuando sea necesario y se activará instantáneamente tan pronto como se interrumpa el suministro, incluso durante una fluctuación menor, para que los datos estén protegidos y el equipo conectado no sufra ningún daño.
Además, Campos señala que digitalizar el sistema de distribución de energía eléctrica ayuda a tener una mayor visibilidad acerca de cómo funciona la red de energía y contar con información online que permite decidir cómo solucionar los problemas de calidad de energía cuanto antes. De esta forma se minimizan los riesgos que podrían afectar las operaciones de una empresa y la duración de los equipos críticos de la misma.