Por revistaeyn.com
Fitch Ratings revisó la perspectiva de la Calificación de Incumplimiento de Emisor (IDR) de Guatemala a Positiva desde Estable y también afirmó la calificación en ‘BB’.
La revisión de la perspectiva de Guatemala a positiva refleja las expectativas de Fitch de “un sólido y continuo impulso de crecimiento y estabilidad, prudencia en las políticas y superávits de cuenta corriente que respalden una acumulación de reservas externas”.
La agencia estima que las autoridades apuntan a un mayor gasto fiscal, que podría ofrecer cierto impulso económico al abordar cuellos de botella en la infraestructura y necesidades sociales, al tiempo que se preservan bajos déficits fiscales y deuda a PIB en relación con sus pares.
Sin embargo, los desafíos de gobernanza siguen siendo una restricción clave de calificación. El gobierno actual ha avanzado en su agenda legislativa y sigue enfocado en combatir la corrupción y otros problemas de gobernanza, pero enfrenta un difícil camino para las reformas que podrían asegurar mejoras institucionales duraderas.
Además, el proteccionismo comercial de EE. UU. y las políticas migratorias son una fuente de incertidumbre y riesgo en el panorama macroeconómico, pero esperamos que Guatemala evite escenarios negativos.
“Estimamos que el PIB creció 3,7 % en 2024, frente al 3,5 % en 2023. Este crecimiento es favorable a pesar de una importante contracción en la inversión pública (-20 %), respaldada por una inversión privada dinámica y el consumo impulsado por mayores salarios reales y remesas. Fitch proyecta un crecimiento de 3,8 % en los próximos años, en línea con el potencial de Guatemala (3,5 %-4,0 %), impulsado por el consumo privado y el impulso fiscal en medio de un mayor gasto social y de capital”, indica el reporte.
PERSPECTIVA DE CRECIMIENTO
Las perspectivas de crecimiento enfrentan riesgos mixtos. El potencial alcista podría surgir de la ejecución exitosa de los planes de gasto del gobierno, la tendencia global de nearshoring o un crecimiento estadounidense más fuerte de lo esperado que podría impulsar las remesas y las exportaciones.
Por el contrario, las políticas migratorias estadounidenses más estrictas y el proteccionismo comercial podrían afectar negativamente las remesas y las exportaciones.
El déficit fiscal del gobierno central se redujo al 1 % del PIB desde el 1,3 % en 2023, por debajo del 2,6 % proyectado en el presupuesto modificado aprobado en agosto de 2024. Los ingresos fiscales han promediado el 12,4 % del PIB en los últimos cuatro años, una mejora significativa con respecto al 11,2 % en 2019, lo que podría indicar una estabilización de las ganancias derivadas de los esfuerzos administrativos de la agencia tributaria.
Los gastos con respecto al PIB cayeron al 13,4 % desde el 13,7 % en 2023, ya que las autoridades operaron con el presupuesto más pequeño de 2023 durante la mayor parte de 2024. El saldo fiscal del gobierno general fue del 0,0% en 2024, dado el superávit del instituto de seguridad social, muy por debajo de la mediana del ‘BB’ del 3,2 %.
Las autoridades reanudaron el endeudamiento interno en 2024 después de una emisión neta negativa en 2023, lo que, junto con una emisión de eurobonos mayor de lo habitual y un déficit fiscal menor, resultó en una mayor acumulación de depósitos. El presupuesto proyecta que la emisión de deuda se duplicará a US$3.2 mil millones en 2025, en comparación con el presupuesto de 2024, principalmente en el mercado local.
“Prevemos que esto elevará modestamente la deuda pública consolidada (neta de tenencias de seguridad social)/PIB al 25,2 % en 2025, desde el 24,5 % en 2024, todavía muy por debajo de la mediana de “BB” del 53,3 %”, apunta Fitch.