Por revistaeyn.com
El avance de la inteligencia artificial y la robótica vuelve a poner sobre la mesa una discusión que parecía reservada para la ciencia ficción: ¿hasta qué punto las máquinas podrían ocupar espacios tradicionalmente humanos, como la conducción de equipos o la toma de decisiones estratégicas? Para Romina Diepa, Head of People en WeWork Cono Sur, la respuesta es más compleja de lo que parece.
Hoy se convive con tecnologías capaces de automatizar rutinas, ejecutar trabajos pesados y operar en fábricas altamente sofisticadas. Lo que antes parecía futurista—como lo que narraba Yo, Robot, la película ambientada en 2035 donde los robots forman parte de la vida doméstica y laboral—ahora resuena de manera inquietantemente cercana.
Sin embargo, Diepa subraya que, pese al gran salto tecnológico, sigue existiendo un componente esencial del liderazgo que no puede trasladarse a un algoritmo. “Una máquina puede analizar información a una velocidad sobresaliente y generar respuestas basadas en esos datos. Pero aún no logra inspirar, leer emociones ni comprender las sutilezas del comportamiento humano”, señala.
En un análisis reciente, WeWork relaciona algunos de los planteamientos de la película con el escenario actual y concluye que la inteligencia artificial, por más potente que sea, todavía no puede replicar las habilidades humanas que sustentan el liderazgo moderno. La organización destaca tres ideas clave para entender este momento:
La razón no desplaza a la empatía. La IA puede realizar cálculos impecables, pero le falta sensibilidad para interpretar las emociones y los impulsos que influyen en las decisiones de una persona. En la vida real, liderar implica escuchar, conectar y motivar.
La tecnología es un aliado, no un sustituto. Tanto en la ficción como hoy, los robots se crean para acompañar a los seres humanos. Su propósito no es reemplazarlos, sino potenciar sus capacidades.
El liderazgo que viene será colaborativo. Más que una competencia entre humanos y máquinas, el futuro apunta a una complementariedad. Los sistemas inteligentes pueden ofrecer análisis instantáneos, mientras que los líderes aportan visión y propósito. Esa combinación, sostienen desde WeWork, será la que impulse nuevas formas de gestión.
Una encuesta incluida en el informe “IA y presencialidad: el nuevo panorama laboral”, elaborado por WeWork junto a Michael Page, revela que esta percepción está bastante extendida. Ocho de cada diez trabajadores argentinos ven la IA como un recurso de apoyo y no como una amenaza a su estabilidad. Incluso el 84 % expresa interés en recibir formación para utilizar mejor estas herramientas.
Diepa concluye que, aunque la automatización seguirá expandiéndose, el liderazgo continuará siendo profundamente humano. Las organizaciones más sólidas serán aquellas capaces de aprovechar la tecnología sin perder de vista el propósito, el bienestar de las personas y la creatividad que surge del trabajo en equipo.
Con información de iProUP