Por revistaeyn.com
S&P Global Ratings considera que la aplicación de un arancel de 25 % a todos los bienes mexicanos que se exportan a Estados Unidos tendría un impacto significativo en la economía mexicana, dado que alrededor de 83 % de las exportaciones totales de México tienen como destino Estados Unidos.
Los efectos macroeconómicos podrían incluir una contracción económica -que afectaría el consumo-, un tipo de cambio peso-dólar más débil y mayor inflación.
Sin embargo, el impacto para las empresas mexicanas será diferente dependiendo de cuánto tiempo se mantengan vigentes estos aranceles, qué tan relevantes o intercambiables sean sus exportaciones a Estados Unidos, el riesgo de sustitución de esas exportaciones, y el impacto que podría tener la posibilidad de imposición de aranceles en represalia de parte de México, si se aplican.
Dada la importante integración del sector automotriz en América del Norte, los proveedores mexicanos de autopartes están altamente expuestos a un potencial arancel de 25%. Si bien la mayoría de las exportaciones de las empresas que califican se realizan directamente por los fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés), que por lo tanto tendrían exposición directa a los aranceles, consideramos que el arancel podría incrementar los precios de venta de los vehículos, lo que a su vez reduciría los volúmenes de la industria y afectaría la rentabilidad de la mayor parte de la cadena de suministro.
Además, Trump ha señalado, respecto al tema de aranceles, que el gobierno de Estados Unidos podría trasladar algunas plantas de producción de México a Estados Unidos.
Las empresas mineras mexicanas tienen una alta exposición al mercado estadounidense porque sus exportaciones a Estados Unidos representan entre 10 % y 40 %. Por lo tanto, un potencial arancel de 25 % probablemente reduciría la demanda de metales básicos como zinc, cobre y plomo, conforme los compradores estadounidenses buscan fuentes alternativas para evitar costos más altos, y, en menor medida, de metales preciosos como oro y plata.
“Los menores volúmenes vendidos, aunados a potenciales mayores costos a medida que las empresas colocan productos en mercados probablemente menos rentables, afectarían directamente los márgenes de las empresas. Sin embargo, estimamos que las empresas mineras podrían negociar condiciones más favorables, dada la escasez de productos mineros finales en Estados Unidos”, señala el reporte de S&P.
El sector de productos de consumo abarca varios subsectores, entre los que se encuentran bienes de consumo duraderos, bebidas alcohólicas, productos agroindustriales y alimentos básicos, y bienes de marca no duraderos (alimentos y bebidas).
“Si bien los aranceles generalizados sobre México dañarían al sector de productos de consumo en general, consideramos que la exposición varía significativamente entre los subsectores. Además, esperamos que la mayoría de las empresas busquen estrategias de transferencia de precios en caso de la aplicación de aranceles, por medio de negociaciones con sus socios comerciales o trasladando la producción, cuando sea posible, para evitar el impacto de los aranceles. En el corto plazo, podríamos ver un exceso de oferta hasta que se apliquen plenamente los potenciales aranceles”, apunta la agencia.
Esperan que el subsector de Alimentos y bebidas no alcohólicas. probablemente esté menos expuesto a un arancel que otros subsectores de bienes de consumo, dada la naturaleza no discrecional de sus productos. Además, la mayoría de las empresas mexicanas que calificamos en este subsector que tienen exposición al mercado estadounidense están integradas verticalmente en ese país.
Los productos y materias primas exportados a Estados Unidos desde México son limitados en muchos casos.