Por Pablo Balcáceres - Revista Estrategia & Negocios
La región centroamericana atraviesa un momentum económico tras la pandemia, propiciado por la recuperación de sus actividades productivas, el incremento en las remesas y la recepción de inversiones nearshoring . Este momentum apunta a seguir en 2024, no obstante, se ciernen riesgos, sobre todo el deterioro de la institucionalidad, analiza Todd Martínez, Codirector de Calificaciones Soberanas para las Américas de Fitch Ratings.
El especialista conversó en exclusiva con Estrategia & Negocios en el marco del Simposio 2023 de Council of the Americas (COA), en Miami.
¿Qué tendencias ve para América Latina en 2024?
Empezando por las positivas, el nearshoring es una gran oportunidad para América Latina. México y Centroamérica tienen más posibilidades de beneficiarse, dado que ya tienen acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y cuentan con sectores manufactureros de diversa índole orientados a la exportación.
El gran reto para aprovechar esta oportunidad es la gobernanza y la calidad institucional. Ha habido cierto retroceso democrático en la región, esto no tendría por qué preocupar a las empresas que ya operan ahí, pero podría obligar a las empresas que están pensando en invertir a abstenerse de hacerlo.
¿Qué países están mejor posicionados para atraer inversión del nearshoring?
Costa Rica y la República Dominicana. Costa Rica ha tenido un crecimiento económico impresionante, buena parte debido a la actividad en sus zonas de libre comercio, por lo que la fabricación de alto valor añadido y los servicios podrían estar reflejando los beneficios del nearshoring.
En cuanto al Triángulo Norte, creo que el nearshoring ofrece algunas ventajas, pero los problemas de retroceso democrático y volatilidad política podrían llevar a muchas empresas, que se centran cada vez más en los aspectos medio ambientales, sociales y de seguridad, a abstenerse de comprometerse a largo plazo.
¿La crisis política en Guatemala podría impactar negativamente en la atracción de inversiones?
Vemos ahí un riesgo a la baja. Guatemala debería ser un lugar muy atractivo para invertir, es uno de los lugares macroeconómicamente más estables de América Latina y del mundo pero la IED como porcentaje del PIB es una de las más bajas en América Latina.
Creemos que la corrupción, la violencia social y la equidad, así como la calidad institucional, le impiden probablemente alcanzar las tasas de crecimiento más elevadas.
¿Qué riesgos ve en la economía mundial que pueden impactar a Centroamérica en 2024?
Vemos un equilibrio de riesgos para Centroamérica. Por un lado, se espera que Estados Unidos sufra una recesión técnica, aunque no tan grave, y eso podría ser un viento en contra porque es el principal mercado de exportaciones y la principal fuente de remesas para la región. Dicho esto, vemos mucha resistencia en los mercados laborales de Estados Unidos y cifras impresionantes en remesas. Puede que esas cifras dejen de crecer tan rápido si Estados Unidos se ralentiza, pero aún así esperamos que las remesas sean un gran apoyo para Centroamérica.
El otro riesgo son los precios del petróleo, más altos y muy inciertos. Centroamérica es vulnerable como región importadora de petróleo, pero el año pasado demostró ser bastante resistente a este shock.
El mayor reto al que se enfrenta la región es un problema interno: la gobernanza. En Guatemala lo estamos viendo con todas las tensiones en torno a esta transición política y las protestas; lo estamos viendo en Panamá, tenemos una perspectiva negativa sobre la calificación de Panamá; incluso en Costa Rica y República Dominicana no estamos viendo un gran progreso en las reformas para lograr un mayor crecimiento potencial.
¿En cuánto esperan que crezca la región?
Proyectamos un año bastante bueno para Centroamérica, con un crecimiento bastante similar al de este año. Esto refleja la continuación de la sorpresa positiva que hemos visto en el último año. Cuando se mira a toda América Latina y la evolución del PIB real desde 2019, antes de la pandemia, a la fecha, los países de Centroamérica están todos en la parte superior de la lista; es impresionante ver la cantidad de momentum y la resistencia ante la crisis.
¿La región mantendrá ese momentum en 2024?
Sí, esa es nuestra expectativa actual. Creemos quelas remesas podrían seguir siendo bastante favorables; en cuanto a los préstamos bancarios tal vez algunos beneficios del nearshoring podrían ser de apoyo, y luego, por supuesto, vemos algunos riesgos a la baja por causade la recesión técnica en Estados Unidos y de los desafíos de gobernanza interna en la región.