El Banco Central europeo dejará de aceptar la deuda soberana griega como garantía para prestar dinero a los bancos griegos, una decisión que corta una importante vía de financiación para las entidades de crédito del país.
Esta suspensión, decidida el miércoles por el consejo de gobernadores, 'es conforme a las reglas del Eurosistema, teniendo en cuenta que no es posible actualmente anticipar un resultado positivo' del programa de ayuda internacional del que se beneficia Grecia, indicó un comunicado de la institución de Fráncfort.
La decisión podría agravar un poco más la asfixia financiera del Estado griego.
El consejo de gobernadores se reunió en Fráncfort el miércoles por la tarde tras la visita por la mañana del nuevo ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis.
El ministro vino a pedir a Mario Draghi, el presidente del BCE, que ayude a Grecia a 'mantener la cabeza fuera del agua' ayudando a los bancos griegos mientras el nuevo gobierno busca un acuerdo con sus socios europeos sobre el programa de rescate en vigor.
La decisión anunciada por el BCE supone el fin de un sistema ventajoso que formaba parte del plan de rescate. En consecuencia los bancos no podrán utilizar los préstamos del BCE para comprar deuda griega, de los que ya eran prácticamente los únicos compradores, y pondrán en peligro las finanzas públicas del país.
Los bancos griegos tienen en teoría la opción del mecanismo de urgencia llamado ELA, que permite a los bancos centrales financiar a los establecimientos de crédito.
El gobierno de Alexis Tsipras quiere poner fin al plan de rescate internacional que ha supuesto préstamos de US$270.000 millones desde 2010 a cambio de duros planes de recortes.