El crecimiento del país en el último quinquenio estuvo fuertemente impulsado por el consumo, la inversión y el gasto público efectuado dentro del país, según datos del Informe del Estado de la Nación de este 2016.
En promedio entre 2010 y 2015, el 76% del crecimiento de la producción interna fue resultado de mejoras en la demanda interna.
Por ejemplo, en 2015 la formación bruta de capital (inversión) aumentó un 8,3%, con lo cual más que se triplicó con respecto al 2014 y se situó por encima del promedio de largo plazo.
En tanto el sector exportador no logre incrementos sostenidos, difícilmente la economía podrá mostrar un desempeño más vigoroso.
En los últimos cinco años, las exportaciones de bienes y servicios explicaron menos del 24% del crecimiento total. El moderado crecimiento de la economía se refleja en los resultados de la mayoría de las actividades productivas.
De acuerdo con datos del informe del Estado de la Nación, los sectores agropecuario e inmobiliario, la manufactura y la administración pública reportaron variaciones inferiores a las de 2014.
El agro registró el decrecimiento más severo de los últimos diez años (-3,9%), en gran medida por factores climáticos asociados al fenómeno de El Niño.
La industria manufacturera muestra una tendencia decreciente desde su recuperación posterior a la crisis de 2008-2009, en parte por la reestructuración de las empresas del sector de circuitos integrados.
Por el contrario, las actividades financieras y de seguros tuvieron un crecimiento cercano al 10%, un valor que sigue estando por debajo de las cifras de período precrisis, pero alto en relación con los otros sectores.
Además, los servicios de información y comunicaciones, el transporte, la construcción y las actividades profesionales, técnicas y científicas lograron tasas superiores al 5% en 2015. En estos casos la recuperación podría obedecer a una mejora en las expectativas de los empresarios sobre el desempeño de la economía.
Servicios con perfil estable
Aunque se han venido posicionando como uno de los sectores de mayor peso en el PIB, los servicios generan menores variaciones en el ciclo económico.
Esto posiblemente se debe a su baja exposición a shocks externos -dado que dependen menos de los cambios en los precios internacionales de las materias primas-así como a sus débiles encadenamientos con el resto de la economía, como se verá más adelante.
Por el contrario, la manufactura y la agricultura muestran las mayores correlaciones y capacidad para determinar la trayectoria del ciclo económico; como se sabe, estos sectores son más vulnerables a los cambios en el contexto internacional, como por ejemplo en los precios de los insumos importados.
La demanda interna es la suma del gasto en consumo, inversión y compras de bienes y servicios en una economía durante un período determinado. También se calcula restando a la demanda agregada las exportaciones netas, que son las exportaciones menos las importaciones.
Crecimiento desacelerado
El moderado crecimiento del PIB, observado en los últimos años, coincide con el contexto global de desaceleración económica. De acuerdo con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, en 2015 el crecimiento mundial habría estado entre 2,4% y 3,1%, y se espera una leve mejora para el 2016.
El crecimiento interanual del índice mensual de actividad económica (Imae) fue de 2,6% en el primer semestre de 2015, de 3% en el segundo semestre y siguió acelerándose en los cinco primeros meses de 2016, a un ritmo promedio de 4,9%.
Destaca el repunte de la industria manufacturera en los sectores de dispositivos médicos, plástico, papel y textil.
Además, esta recuperación reciente también se debe a un mayor dinamismo de los servicios empresariales conocidos como back office (contabilidad, finanzas, centros de llamadas de servicio a clientes, investigación, entre otros).
Por el contrario, desde mediados de 2015 la construcción muestra un descenso y cerró el año con una variación de 14 puntos porcentuales por debajo del valor alcanzado el año anterior. Esto se explica, en parte, por la finalización de desarrollos residenciales y proyectos de obra pública en materia de energía.
Según las proyecciones del Banco Central en 2016 la economía tendrá una expansión del 4,3%, cercana al promedio de los últimos catorce años.
No obstante, según el Estado de la Nación, esta recuperación debe ser vista con cautela, dado que puede estar influenciada por mejoras con respecto a épocas de bajo desempeño, lo cual se mide a través de la tasa de variación interanual.