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¿Sirven los bonos económicos para aumentar las tasas de nacimientos?

El futuro del “baby bonus” sigue siendo incierto, y aunque algunos ven esta propuesta como un paso hacia la solución de la baja natalidad, otros consideran que medidas más amplias y sostenibles serían necesarias para realmente fomentar un cambio en las tendencias demográficas de Estados Unidos.

2025-04-26

Por revistaeyn.com

En medio de la creciente preocupación por la disminución de la tasa de natalidad en Estados Unidos, la administración del presidente Donald Trump ha considerado diversas propuestas para incentivar el crecimiento poblacional. Entre las opciones que se están discutiendo se encuentra la posibilidad de implementar un “bonus” de US$5.000 para los padres de recién nacidos.

Esta idea ha llamado la atención, especialmente después de que el presidente Trump expresara su apoyo durante un evento en la Casa Blanca, donde señaló que le parecía “una buena idea” la implementación de una bonificación federal por el nacimiento de cada niño.

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No obstante, un funcionario de la Casa Blanca indicó a CBS MoneyWatch que aún no se ha tomado una decisión final sobre el asunto, lo que deja abierta la posibilidad de que el plan no se materialice.

Según datos recientes del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2024 nacieron aproximadamente 3.6 millones de bebés en los Estados Unidos. Esta cifra es apenas un cambio respecto al año anterior, cuando el número de nacimientos también alcanzó un mínimo histórico.

La tasa de fertilidad, que mide el número promedio de hijos por mujer, cayó a 1.6 en 2023, una disminución considerable respecto a los 3.7 registrados en 1960, durante el auge demográfico posterior a la Segunda Guerra Mundial.

IMPACTO ECONÓMICO

Los economistas coinciden en que una población envejecida, sumada a una menor natalidad, podría generar problemas financieros relacionados con el sistema de pensiones y los servicios de salud. En este contexto, la propuesta del “baby bonus” surge como una posible solución para contrarrestar la tendencia.

Según los economistas Melissa Kearney de la Universidad de Maryland, Philip Levine de Wellesley College, y Luke Pardue de Aspen Economic Strategy Group, si bien los incentivos económicos pueden influir, las preferencias cambiantes de los jóvenes adultos juegan un papel fundamental.

Estos jóvenes, según diversas encuestas, tienen diferentes prioridades en la vida, aspiraciones profesionales y visiones sobre la crianza de los hijos, lo que ha llevado a una disminución en la cantidad de familias que deciden tener más de un hijo.

El baby bonus no es una idea nueva y ha sido implementado en otros países que enfrentan problemas similares en cuanto a la natalidad. Por ejemplo, Australia introdujo un incentivo de aproximadamente US$2.000 para los padres de recién nacidos en 2004, una medida que eventualmente se incrementó. Aunque el programa experimentó un pequeño aumento en la tasa de natalidad en sus primeros años, la tendencia no se consolidó.

De manera similar, en Hungría se han implementado políticas de incentivos, como subsidios y exenciones fiscales para familias con tres o más hijos. Aunque la tasa de natalidad en Hungría mostró una ligera mejora en la década de 2010, esta tendencia se ha revertido y, en 2021, la tasa de natalidad volvió a disminuir, lo que genera dudas sobre la efectividad de tales incentivos.

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Si se implementara un “baby bonus” de US$5,000 para cada niño nacido en EEUU, el costo sería considerable. De acuerdo con estimaciones, si todos los padres de los 3.6 millones de niños nacidos anualmente en el país calificaran para esta bonificación, el gasto total anual superaría los US$15,000 millones.

Este gasto podría resultar difícil de aprobar en el contexto actual, donde algunos legisladores republicanos están enfocados en reducir el gasto federal para financiar la extensión de los recortes fiscales promovidos por la administración de Trump.

El costo significativo de esta medida plantea dudas sobre su viabilidad, especialmente en un entorno político que prioriza la reducción de gastos públicos. Además, algunos críticos argumentan que, aunque un incentivo inmediato como el “baby bonus” podría ser útil para los padres en el corto plazo, no aborda problemas estructurales más amplios, como la falta de licencia parental remunerada o la necesidad de un sistema de cuidado infantil más accesible y asequible.

Con información de Infobae

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