Por Leonel Ibarra - estrategiaynegocios.net
La situación medioambiental de El Salvador, como en muchos otros países de la región centroamericana, se ha visto muy deteriorada en los últimos años, con graves consecuencias para la salud y bienestar de la población.
Según un informe de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la disponibilidad del agua en territorio salvadoreño presenta problemas asociados con la escasez, mal manejo, contaminación superficial y subterránea. Por ello, se proyecta “una crisis hídrica” si no se desarrollan metodologías nuevas y sostenibles que ayuden al manejo adecuado del agua.
El estudio pone de manifiesto algunas variables que impactan los recursos hídricos en general: a mayor población, mayor demanda y mayor impacto en el clima (efectos cíclicos más extremos e impactantes en los recursos naturales en general, fauna, flora, suelo, aire y humanidad).
Si se unen estas variables, se tienen impactos en toda la población, pero especialmente en los segmentos más vulnerables, en las empresas y sus sistemas de producción, ya que los recursos se vuelven cada vez más escasos y los sistemas de tratamiento para abastecer todas las necesidades son cada vez más complejos y costosos.
Ricardo Navarro, presidente del Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA), consideró que la situación del deterioro ambiental El Salvador “va para atrás en forma alarmante” y se está debilitando el funcionamiento de los ecosistemas que se manifiesta con problemas de acceso a agua, acumulación de desechos, contaminación del aire y erosión de los suelos.
Por ello, señala que es urgente tomar accionesen “una política coordinada” con todos los actores (gobierno, empresa privada, comunidades y organizaciones sociales) para ejecutar acciones concretas de reforestación y tratamiento de desechos sólidos y reciclaje con una visión de largo plazo.
CAPITALISMO CONSCIENTE
Los expertos señalan que las empresas están más conscientes de responsabilizarse por su impacto ambiental y social a la vez que maximizan las ganancias financieras y la rentabilidad. Algunas organizaciones visualizan esto como un equilibrio entre el desempeño de las variables económica, social y ambiental, pero más que equilibrar, con este enfoque se trata de generar valor en las tres áreas.
A juicio de Tomás Regalado, presidente dela Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas), factores como la demanda de los consumidores y los clientes por productos elaborados de manera más sostenible, regulaciones internacionales e iniciativas para ser más competitivos en el mercado, han impulsado a las empresas a trascender de realizar obras benéficas en las comunidades, a la RSE y luego a un capitalismo consciente que no solo busca el lucro, sino también generar un impacto positivo.
“Hay un montón de empresas en El Salvador y en el mundo que están entendiendo que para ser sostenibles en el tiempo si quieren permanecer en los próximos 50 o 100 años como empresas viables, no sólo pueden tener un producto bueno, bonito y barato, tiene que estar hecho con un sentido de responsabilidad”, dijo Regalado.
Sin embargo, los expertos consultados reconocieron que, dado que la gran mayoría de empresas en el país son pequeñas o medianas, muchas no tienen una estrategia de sostenibilidad formal.
Michael Liles, líder del Equipo de Medio Ambiente de USAID El Salvador, consideró que “es muy importante que las personas entiendan los beneficios económicos de la conservación, especialmente las personas más vulnerables a los efectos del cambio climático y del mal uso de los recursos naturales”.
Juan Marco Álvarez, presidente de la Iniciativa de Acción Climática, opina que una estrategia de sostenibilidad avanzada cuenta con un comité formado por gerentes de las áreas de negocio clave y, además de coordinar todas las actividades, se incorporan dentro de la misión y los valores fundamentales de la empresa. La sostenibilidad se convierte en responsabilidadde todos.
En una etapa más avanzada de sostenibilidad corporativa, las empresas asisten a grupos de interés fuera de su cadena de valor para reducir los impactos ambientales. “A la larga, algunas empresas se comprometen a desarrollar soluciones positivas a los problemas ambientales que enfrenta la sociedad. Se vuelve menos una cuestión de reducir lo negativo y más bien se vuelve un tema de hacer una contribución positiva”, indicó Álvarez.
Maythé Cornejo, gerente de Medio Ambiente de Fundemas, señala que, como básico punto de partida, las empresas deben buscar abordar la situación en su entorno para tener una visión clara de cuáles iniciativas estratégicas pueden ser introducidas ahí y en su cadena de valor.
“Como Fundemas estamos implementando servicios y estrategias en las empresas que ya son conscientes de la importancia que tiene la transformación en sus modelos de producción”, concluyó Cornejo.
Cadena de valor fortalecida
Fundemas, la Agencia de los Estados Unidospara el Desarrollo Internacional (USAID) y aliados estratégicos -13 empresas salvadoreñas- presentaron los resultados de la ejecución entre mayo 2021 y febrero de 2023 del proyecto “Fortalecimiento de la cadena de valor para el modelo de reciclaje inclusivo en El Salvador” en materia de generación de ingresos y empleos.
Desde mayo de 2021 se trabajó con los municipios del área del Gran San Salvador y tras 21 meses de trabajo en conjunto se obtuvieron resultados como US$4.2 millones en ventas, 1.333 empleos generados, 13,057 toneladas de materiales reciclables recuperados, 1,198 personas capacitadas, 17 centros de acopio y 2 empresas compradoras fortalecidas, 471 recicladores de base registrados, 10 centros de acopio recibieron becas de “aceleración empresarial” (ITE), entre otros.
Con estas medidas se reduce, en parte, la producción y utilización de materiales vírgenes para la elaboración de productos plásticos en el país.
