Por Pablo Balcáceres - Inteligencia E&N
El flujo de remesas familiares deja cada vez más beneficios para los bancos en Centroamérica, sobre todo por el impacto económico gracias al impulso del consumo.
Los ingresos de remesas familiares siguen marcando históricos. Según el Ranking de Bancos de E&N, en conjunto, Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua recibieron US$41.823 millones el año pasado (2023), un aumento del 11 % según cifras de la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (SECMCA).
“Países como Honduras, El Salvador y Guatemala se han visto beneficiados por niveles récords de remesas. Si bien esas remesas no están necesariamente bancarizadas al 100 %, sí tienen un efecto positivo de segundo orden en la dinámica de consumo de estos países”, valora Jesús Sotomayor, Director Asociado de S&P Global.
El dinero viene a respaldar a las economías y explica en buena parte la resiliencia de las economías tras la pandemia del Covid, plantea por su lado Alfredo Calvo, líder del sector de Calificación de Instituciones Financieras de S&P Global Ratings.
“El hecho de que haya este fuerte flujo de remesas ha apoyado a que la demanda interna haya sido resiliente en América Latina en general, y particularmente en Centroamérica y en México”, expresa Calvo.
Servicios bancarios
Alex Pinilla, vicepresidente financiero de Bancoagrícola en El Salvador, relata que, para el banco, las remesas y cuentas de ahorro adquieren cada vez más relevancia, como parte de una estrategia de inclusión financiera.“En las remesas, que es un renglón fundamental en la economía del país, nuestra participación en el total de remesas que se pagan en El Salvador es del 29%”, detalla Pinilla.
Otros bancos han incorporado la facilidad del envío de remesas como parte de su oferta de servicios. Tal es el ejemplo de Bantrab, en Guatemala.
“Tenemos la App Remesas Bantrab, una aplicación diseñada para que los residentes en Estados Unidos envíen dinero sin costo y en tiempo real a sus familiares y amigos en Guatemala”, dice Herbert Hernández, Gerente General del banco guatemalteco.
Panorama del crédito
En términos generales para la región, la demanda del crédito se ha visto favorecida por un mejor entorno de negocios.
“Hemos visto una mayor confianza el consumidor y también un clima de negocios que pareciera ser positivo o estable; entonces eso también ha contribuido a la mayor demanda de crédito”, expresa Almeida, de Moody’s.
Aunque la incertidumbre política alrededor de la asunción del presidente Bernardo Arévalo, sí afectó al sector a finales de 2023.
“Frenó un poco la demanda y creó un poco de reticencia de parte del consumidor; ahorita hemos visto ya una un repunte, una recuperación tanto por el lado de los hogares como por el lado de las empresas”.
Rentabilidad bancaria
En cuanto a las utilidades, en 2024 se mantendrían “adecuadas”, amparadas en una calidad de activos saludables. Indicadores como la Rentabilidad sobre Activos (ROA) superan a los niveles prepandemia.
Por ejemplo, Guatemala logró un ROA de 1,7% en 2023, por encima de los niveles históricos de 1,2% o 1,3% antes de la crisis del Covid-19. “Sí, esperamos presiones en rentabilidad durante 2024, pero dándole contexto a las cifras me parece que son manejables para algunas economías en particular”, prospecta Sotomayor.
El logro de estas rentabilidades, vincula-das a niveles sanos de calidad de activos, refleja la aplicación de buenos estándares de originación de créditos, dice Calvo.
“Los bancos han crecido con estos estándares, les van a ayudar a amortiguar los riesgos este año”.