Por revistaeyn.com
Según Fitch Ratings, las instituciones financieras no bancarias (NBFI, por sus siglas en inglés) en América Latina (LATAM) están mostrando un creciente interés en cambiar su estatus legal. Su objetivo es adoptar formas que permitan la recolección de depósitos y una mayor regulación, incluida una licencia bancaria completa, que requiere la aprobación regulatoria.
La transición ofrece beneficios significativos para las NBFI, incluida la diversificación de la financiación y la reducción de costos, la ampliación de la oferta de productos y una mayor credibilidad en el mercado.
Sin embargo, generalmente implica riesgos de ejecución debido a los costos sustanciales asociados con los requisitos de capital y regulatorios, así como los cambios en la estructura operativa.
“El interés en obtener una licencia bancaria se debe principalmente a la disponibilidad limitada de fuentes de financiación no garantizadas y al mayor costo de los fondos en comparación con los depósitos”, señala la agencia.
Otras ventajas incluyen oportunidades para un mayor desarrollo y crecimiento del modelo de negocios mediante la oferta de una gama más amplia de productos financieros y la mejora de la oferta de servicios a una base de clientes más amplia.
“Operar bajo un marco regulatorio más sólido puede impulsar la credibilidad, la transparencia y la posición en el mercado, aumentando la disponibilidad de fondos de los mercados de capital y reduciendo los costos de financiación”, dice Fitch Ratings.
El costo potencial de obtener una licencia bancaria va más allá de los requisitos de capital y provisión para pérdidas crediticias, y puede ser manejable para las entidades que han alcanzado una masa crítica.
También puede ser necesario fortalecer la gobernanza corporativa, las prácticas de gestión y las estructuras operativas. Las entidades no reguladas enfrentarían desafíos significativos debido a la brecha más amplia en los requisitos de cumplimiento en comparación con los modelos regulados y los bancos.
Las implicaciones iniciales de calificación probablemente sean limitadas y pueden volverse positivas en el mediano y largo plazo a medida que la escala y el desarrollo comercial compensen los costos de conversión.
Sin embargo, si la rentabilidad y la actividad comercial se ven afectadas negativamente por un período más largo de lo esperado, podría haber implicaciones de calificación dependiendo del alcance del impacto comercial y financiero. Fitch aplicará criterios de calificación específicos del sector a medida que las empresas realicen la transición a un modelo bancario y estén disponibles métricas específicas.
En varios países de América Latina, las empresas de tecnología financiera (fintech) han ingresado a los mercados financieros y han capitalizado las brechas de inclusión financiera con modelos innovadores y marcos regulatorios variados. El marco legal elegido difiere según sus estrategias individuales.
Algunas comenzaron como bancos, pero la mayoría eligió regulaciones específicas para fintech, cuando estaban disponibles, o figuras legales más flexibles para comenzar sus operaciones.