Por revistaeyn.com
En un entorno digital donde los menores pasan buena parte de su tiempo conectados —ya sea en clases virtuales, plataformas de videojuegos o redes sociales—, la seguridad de sus dispositivos se ha convertido en una preocupación central para las familias.
Especialistas de ESET, junto con su iniciativa Digipadres, alertan sobre el crecimiento de programas diseñados para espiar o vigilar sin autorización, un fenómeno que amenaza directamente la privacidad de niños y adolescentes en Centroamérica.
Este tipo de amenazas se presenta principalmente en dos categorías: el software espía, conocido como spyware, y las aplicaciones de acoso o stalkerware. Aunque ambos comparten capacidades técnicas similares, sus fines no son los mismos. El primero busca sustraer información sensible —como contraseñas, datos bancarios o hábitos de navegación— para luego comercializarla o utilizarla en fraudes.
El stalkerware, en cambio, suele instalarse con la intención de vigilar a alguien cercano. Se ejecuta de manera oculta, recopila ubicación, mensajes y actividad en línea, y se ha vinculado a dinámicas de control, acoso e incluso violencia.
DIVERSAS FORMAS DE LLEGAR
Camilo Gutiérrez Amaya, responsable del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, explica que estas infecciones pueden llegar de múltiples formas: enlaces engañosos, correos fraudulentos o aplicaciones aparentemente inofensivas descargadas desde sitios no confiables.
Un ejemplo reciente ocurrió en 2024, cuando investigadores detectaron un malware llamado Ratel, camuflado como un popular juego móvil. Esta aplicación falsa era capaz de interceptar mensajes SMS y ocultar notificaciones, permitiendo a los atacantes realizar cargos y suscripciones sin que la víctima lo advirtiera.
Las señales de alerta no siempre son evidentes, pero existen indicios que pueden levantar sospechas: una batería que se agota rápidamente, un teléfono que se calienta sin uso, consumo inusual de datos o la aparición de aplicaciones desconocidas con permisos excesivos.
Cambios repentinos en la configuración del sistema, activación constante del GPS o luces de cámara encendiéndose sin motivo también son síntomas a considerar.
ESET subraya la importancia de diferenciar estas prácticas del control parental legítimo. “Las herramientas para padres deben usarse de manera transparente y con diálogo previo”, señala Gutiérrez. Integrarlas dentro de acuerdos familiares digitales ayuda a proteger sin vulnerar la confianza.
Si se sospecha que un dispositivo ha sido comprometido, los expertos recomiendan actuar con rapidez: instalar y actualizar un antivirus confiable, desconectar el equipo de Internet, ejecutar un análisis profundo, eliminar cualquier amenaza detectada y cambiar todas las contraseñas.