Por Leonel Ibarra - revistaeyn.com
El cultivo de cacao en El Salvador ha renacido gracias al trabajo de pequeños productores que han perfeccionado sus técnicas hasta cosechar un cacao de alta gama, cuyo precio se cotiza hasta en el doble en mercados de Europa.
Se estima que en 2014 el cultivo de cacao eran apenas unas 500 hectáreas y la producción de cacao en El Salvador era cercana a las 200 toneladas métricas por año con una demanda interna muy superior, por lo que en su mayoría se importaba de países vecinos.
Luego del trabajo de programas de apoyo en la cadena de valor, actualmente se tiene una producción de 1.500 toneladas anual con más de 3.000 hectáreas con una densidad de más de 800 plantas por hectáreas cultivadas por más de 2.000 familias.
Jairo Andrade, director ejecutivo del programa Alianza Cacao El Salvador, explica que si bien todavía está muy lejos de otros países de la región (como Nicaragua que produce más de 10.000 toneladas anuales) lo que motiva el crecimiento es la cultura del consumo y dado que el chocolate salvadoreño es de mucha mejor calidad se ha capacitado a los transformadores y la demanda supera a la oferta todavía, por lo que hay mucho potencial.
CALIDAD, UN VALOR DEL CACAO SALVADOREÑO
"El Salvador no entra a competir por cantidad sino por calidad, por tener certificaciones de cultivo orgánico amigable con el ambiente y está renaciendo porque el mercado internacional lo valora", dice Andrade.
De hecho, el año pasado dos muestras de cacao salvadoreño clasificaron entre las 50 mejores en el mundo en el Premio Cacao de Excelencia 2023 y fue la tercera vez, en cuatro participaciones, que muestras salvadoreñas clasificaron entre las mejor evaluadas.
Más de 30 empresas chocolateras en Europa importan cacao salvadoreño destacando en sus empaques el origen y su cultivo orgánico porque el consumidor lo valora y está dispuesto a pagar más.
BUEN PRECIO
Cuando el precio internacional por tonelada métrica del cacao estaba el año pasado en US$2.500, el precio del cacao salvadoreño era de US$5.500 por tonelada métrica, muy por encima del precio de otros países de Latinoamérica.
Elmer Martínez comenzó a producir cacao hace más de 10 años por un regalo de unas pocas mazorcas de cacao que sembró en sus tierras en una zona montañosa del departamento de Morazán al oriente del país, rodeada de ríos y cascadas, en caminos peatonales.
Dice que desconocía sobre el cultivo y su manejo, pero con apoyo y asesoría técnica de Alianza Cacao descubrió que tenía un cacao criollo, el cual es de grano blanco muy apreciado por su calidad.
CRECIMIENTO
Así Martínez pasó de ser un jornalero que ganaba US$5 al día a productor en la finca certificada internacionalmente "Copinol Escondido" con ocho empleados y trabajar con toda su familia, tiene más de 3.000 plantas y exporta a Francia.
"No me imaginé este crecimiento, nos cambió la vida a mi familia y ahora yo también le doy asesoría a otros grupos productores de cacao", dice el productor.
A nivel internacional, el precio de referencia del cacao se ha disparado de este año por las malas cosechas en África occidental, principal región productora del mundo, y el pobre aumento de la recolección en otras zonas. Mientras el año pasado la tonelada métrica de cacao se cotizaba a US$2.900 en marzo alcanzó los US$10.000 y actualmente ronda los US$8.000.
Productores como Martínez se han visto muy beneficiados de esta alza del precio. Dice que antes el quintal de cacao lavado valía US$135 y ahora ronda los US$200, pero el que produce en su finca lo vende en US$400 y "hasta le ofrecen mayor precio", pero dice que se ha quedado muy cortos de producción, por lo que ya ha comprado otro terreno para sembrar unas mil plantas más.
El director ejecutivo del programa Alianza Cacao El Salvador señala que hay optimismo para el futuro del cacao en los países productores pues los buenos precios se mantendrán, hay bastante demanda interna y más productores se están sumando y amplían los cultivos en la zona oriental, aunque se tiene la amenaza de que las condiciones climáticas con tormentas atípicas pueden afectar la producción.
