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Cuando la geopolítica entra a la sala de juntas: lo que espera a las empresas centroamericanas en 2026

El análisis de Control Risks anticipa un mundo en el que la lógica comercial se verá subordinada a agendas estratégicas y de seguridad nacional. En Centroamérica, los empresarios deberán revisar su modelo de negocio frente a cadenas de suministro más controladas, actores no estatales con poder real y reglas que cambian según el socio y el momento.

2025-11-19

Por revistaeyn.com

La imagen clásica de la globalización —reglas claras, tratados multilaterales estables y una “mano invisible” que ordena los mercados— ya no describe el mundo que enfrentarán las empresas en 2026.

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El último white paper de la consultora global Control Risks sobre gestión de riesgos 2026 advierte que los gobiernos están dejando atrás las antiguas normas de la geopolítica y los negocios, privilegiando acuerdos más transaccionales y situacionales. En este nuevo escenario, los empresarios centroamericanos no solo deberán mirar su flujo de caja: tendrán que leer el tablero geopolítico.

1. La geopolítica como filtro de oportunidades

El informe señala que la intervención gubernamental crecerá al punto de subordinar la lógica comercial a las agendas estratégicas. Dicho en términos empresariales: no siempre será el proyecto más eficiente el que gane, sino el que mejor se alinee con las prioridades de seguridad, industria y política del país o del bloque dominante.

Para Centroamérica, profundamente interconectada con Estados Unidos a través de comercio, remesas e inversión, esto implica varias cosas:

Nearshoring con condiciones: la relocalización de cadenas de suministro hacia la región puede acelerar, pero acompañada de exigencias más estrictas en trazabilidad, cumplimiento normativo, seguridad y estándares laborales.

Más filtros políticos para acceder a mercados: decisiones sobre licitaciones, inversiones en infraestructura, puertos, telecomunicaciones o energía estarán más atravesadas por la pregunta “¿con quién nos alineamos?” que por el simple “¿quién ofrece mejor precio?”.

Presión para “localizar” operaciones: como subraya Control Risks, las empresas estarán bajo presión para demostrar compromiso localizando producción y cadenas de suministro. Para el empresario centroamericano, esto puede abrir oportunidades de atracción de socios globales, pero también exigirá elevar capacidades, estándares y transparencia.

Ser “global” ya no alcanza para quedar al margen de la tensión geopolítica; las compañías que prosperen serán las que sepan adaptar su presencia —e incluso su estructura— a los requisitos locales, sin perder competitividad.

2. El tablero ya no lo controlan solo los gobiernos

El documento enfatiza que los gobiernos no serán los únicos que definan las reglas: actores privados, grupos no estatales, organizaciones criminales, terroristas y sociedades movilizadas influirán cada vez más en cómo se regulan y operan los negocios.

En Centroamérica esto adquiere una dimensión particular:

Crimen organizado y violencia: la región ya conoce el impacto de las maras, el narcotráfico y el crimen transnacional en la logística, la seguridad de instalaciones y el costo de hacer negocios. En 2026, estos actores pueden influir todavía más en la percepción de riesgo país y en el acceso a financiamiento internacional.

Activismo social y ambiental: proyectos energéticos, mineros o de infraestructura pueden enfrentarse a comunidades organizadas, ONGs y movimientos ambientales que condicionen su licencia social. Control Risks remarca que las sociedades movilizadas obligarán a algunos gobiernos a ajustar políticas en temas como impuestos, clima e inmigración: las empresas quedarán en el centro de ese debate.

Actores digitales: desde hackers y grupos de ransomware hasta campañas de desinformación, los riesgos cibernéticos y reputacionales pueden generar crisis en horas. El informe advierte que el desarrollo de tecnologías emergentes avanza más rápido que la capacidad regulatoria; Centroamérica no será la excepción.

Las empresas de la región, por lo tanto, no solo deben entender “qué quiere el gobierno”, sino también qué buscan estos actores no estatales con capacidad real de presión política o de seguridad.

3. Intereses por encima de valores: nueva diplomacia económica

Control Risks sintetiza una idea clave: “los intereses son los nuevos valores”.

Las relaciones internacionales serán más transaccionales; las diferencias de sistema político o valores ya no impedirán la cooperación cuando haya intereses compartidos.

Para Centroamérica, esto se traduce en:

Más equilibrios y menos alineamientos automáticos: los países de la región pueden verse tentados a jugar a varias puntas, buscando inversión y financiamiento tanto de potencias occidentales como de actores del Sur Global. Eso podría abrir puertas a nuevos proyectos, pero también incrementar la exposición a sanciones, revisiones regulatorias o presiones cruzadas.

Reglas distintas según el socio: el informe proyecta que el comercio global se seguirá sosteniendo, pero con reglas que se desplazan hacia acuerdos bilaterales, regionales y coaliciones ad hoc. Es decir, una lógica de “reglas a medida” según el grado de afinidad estratégica, ideológica o de seguridad.

Mayor escrutinio ético y de cumplimiento: para las empresas, operar en este entorno exigirá un fino equilibrio entre aprovechar oportunidades comerciales e invertir en compliance, debida diligencia y ética corporativa.

El costo reputacional de asociarse con determinados socios o proyectos será tan relevante como el retorno financiero. En este contexto, los empresarios centroamericanos necesitarán estar presentes en nuevos espacios de diálogo —foros regionales, conferencias sectoriales, redes empresariales— para entender hacia dónde se mueven los intereses dominantes... antes de que quede definido sin su participación.

4. La volatilidad como línea de base

La consultora advierte que “la volatilidad será la norma”. Las fronteras geográficas y diplomáticas se verán sometidas a tensiones constantes, elevando los riesgos de accidentes, escaladas y conflictos. Para las organizaciones, esto significa que la sorpresa dejará de ser un evento excepcional.

En Centroamérica, la volatilidad no será solo geopolítica:

Riesgos climáticos que afectan cosechas, infraestructura y seguros.

Cambios políticos bruscos que pueden redefinir marcos regulatorios, impuestos o condiciones de inversión en pocos meses.

Choques externos: crisis financieras globales, tensiones entre grandes potencias, nuevas olas migratorias.

Control Risks plantea que una respuesta rápida a las crisis exige preparación y conciencia. Las empresas deberán someter sus estrategias a pruebas de estrés que incluyan escenarios de alto impacto y baja probabilidad: desde el cierre temporal de una frontera clave hasta ciberataques masivos o sanciones inesperadas que afecten a un socio comercial.

¿Qué deberían hacer hoy los empresarios de Centroamérica?

A partir de los planteos del informe 2026 de Control Risks, algunos imperativos estratégicos se vuelven evidentes para la región:

1.Crear o fortalecer un sistema de gestión de riesgos

-Pasar de una visión reactiva a una gestión estructurada del riesgo político, de seguridad y reputacional.

-Incorporar análisis geopolítico en el planeamiento estratégico, no solo en momentos de crisis.

2.Diversificar mercados, proveedores y rutas

-Evitar depender en exceso de un solo país, proveedor o corredor logístico.

-Evaluar oportunidades de nearshoring, pero con criterios de cumplimiento, seguridad y sostenibilidad.

3.Localizar inteligentemente, no solo por obligación

-Si habrá más presión para localizar producción y cadenas, aprovecharla para construir capacidades locales, elevar estándares y sumar talento regional.

-Negociar con gobiernos y socios internacionales en función de esa mayor relevancia.

4.Invertir en cumplimiento, ética y transparencia

-En un mundo más transaccional, el principal seguro de largo plazo será un buen gobierno corporativo: claridad en la relación con actores políticos, trazabilidad de decisiones y respeto a marcos normativos y ambientales.

5.Prepararse para crisis complejas y simultáneas

-Diseñar planes de continuidad de negocio que integren escenarios de crisis política, ciberataques, conflictos sociales y shocks climáticos.

-Entrenar equipos para responder rápido, comunicar con claridad y proteger tanto a las personas como la reputación de la empresa.

En 2026, como advierte Control Risks, simplemente seguir el ritmo de las nuevas reglas será agotador. Para las empresas centroamericanas, “jugar para ganar” significará entender la geopolítica, anticipar el riesgo y convertir la resiliencia en ventaja competitiva. Quien vea la política y la seguridad como algo ajeno al negocio, llegará tarde al juego.

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