Por revistaeyn.com
Las barreras estructurales que limitan la capacidad de competir de las empresas van desde el tipo de cambio, las altas cargas sociales y la falta de recurso humano, revela la Encuesta de Perspectivas Empresariales y Valoración de los Factores de Competitividad del Sector Industrial Manufacturero de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
“Los resultados de la encuesta 2025 demuestran que hay factores estructurales que, lejos de mejorar su condición, se consolidan como los principales obstáculos para competir. El tipo de cambio, las altas cargas sociales y la limitada disponibilidad de talento humano calificado se mantienen desde 2023 como las principales amenazas a la competitividad empresarial”, manifestó Sergio Capón, presidente de la CICR”.
Los factores que más escalaron en presencia este 2025 son infraestructura, que sube del puesto 3 al 2; seguridad ciudadana, del 9 al 6; infraestructura en puertos y carreteras, del 10 al 7; y la disponibilidad y calidad del talento humano, del 8 al 5.
En cuanto al índice de incidencia, la infraestructura avanza del puesto 9 al 6, y el costo de la energía eléctrica, del 6 al 4.
Al analizar el índice de incidencia por régimen, las empresas del Régimen Definitivo reportan las cargas sociales, el tipo de cambio y la competencia con empresas informales como sus tres principales obstáculos.
En el caso de las empresas de Zona Franca, coinciden con las anteriores con el tipo de cambio, pero priorizan la disponibilidad y calidad del recurso humano y el costo de la energía eléctrica en segundo y tercer lugar respectivamente.
Por tamaño, las grandes empresas del Régimen Definitivo colocan en primer lugar al tipo de cambio, seguido por infraestructura y por la disponibilidad de talento humano.
Por su parte, las PYME del Régimen Definitivo consideran que las cargas sociales, la competencia con la informalidad y el tipo de cambio son los principales factores que afectan su capacidad de competir.
En materia de cargas sociales, está evidenciado que en Costa Rica, esto representa una pesada carga para las empresas, especialmente para las PYME. Incluso la OCDE ha sugerido la necesidad de buscar alternativas a varias de las cargas sociales, que no financian el sistema de salud y el sistema de pensiones, para que no carguen sobre la planilla de las empresas, y que, por tanto, no se limite la capacidad de emprender y no se fomente la informalidad.
“Los resultados de la encuesta muestran que hay factores estructurales que persisten y viene minando la competitividad de las empresas y, por ende, la capacidad del país para crecer con empleo formal y desarrollo”, concluyó Sergio Capón, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).